Las cosas que pasan en el vasto mundo del internet no dejan de sorprendernos. En 2005, una adolescente china, tras una pelea con sus padres, escapó de la casa y más nunca se supo nada de ella. Diez años después de su huida, la Policía la localizó en un cibercafé jugando un famoso juego online de batallas FPS llamado CrossFire.
Xiao Yun, quien escapó de la casa a los 14 años y que ahora tiene 24 años, fue detenida este 20 de noviembre por la Policía de la provincia de Zhejiang durante una revisión rutinaria. La joven, que había sido dada por muerta por sus familiares, fue encontrada cuando un agente se dio cuenta de que el documento de identidad que cargaba consigo era falso. Sin embargo, había la sospecha que Yun podría haber estado viva, ya hace un par de años, alguien que dice haber visto un mensaje enviado a su madre en WeChat, una aplicación de mensajería popular en China
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Aunque no es un título muy conocido en otros países del occidente, Crossfire es en realidad el FPS (los juegos de disparo en primera persona) más popular del mundo, parecidos a otros juegos como Counter-Strike y Call of Duty. El creador de Crossfire, Smilegate, afirma tener más de 400 millones de jugadores registrados, ganando más de $1.4 mil millones de dólares en 2014.
La joven fue llevada a una comisaría, donde confesó que había estado viviendo en cibercafés por aproximadamente una década. Xiao Yun era una ávida jugadora del videojuego CrossFire y lograba sobrevivir gracias a trabajos ocasionales que encontraba en los mismos cibercafés donde jugaba.
CrossFire es uno de los juegos más populares en China y la dedicación mostrada por Xiao Yun atrajo inmediatamente la atención de otros jugadores. Ella le comentó a la policía que gran parte de su dinero vino de enseñar a otros jugadores a cómo ganar, entrenándolos para convertirse en mejores jugadores. También recibió donaciones y trabajó como cajera.
La Policía le impuso una multa de 1,000 yuanes (unos 150 dólares) y contactó a sus padres para que pudieran reencontrase con su hija perdida. La madre dijo que no había cambiado el número de teléfono desde que Xiao se escapó de casa con la esperanza de que algún día llamara. Aunque Yun inicialmente se negó a reunirse con sus padres, incluso después que la policía descubrieran su identidad, ella finalmente accedió a hacerlo.