Un hacker encontró la manera de controlar un cinturón de castidad masculino diseñado para abrirse y cerrarse desde un celular conectado a internet y, literalmente, para liberar los miembros de los usuarios afectados exige el pago de un rescate pagado en bitcoins. La historia parece el guión de un episodio de Black Mirror, pero como ocurre en la distópica serie de Netflix, la realidad es peor que la ficción.
“Tu pene me pertenece” es el fatal anuncio con el que el hacker se comunica con las víctimas, según publica el portal Motherboard. El mensaje se difundió en una página que publica ejemplos de estafas por internet a fin de alertar a especialistas en ciberseguridad. Y según se cuenta en el portal, uno de los afectados —quien pidió ser identificado como Robert— recibió la alerta acompañado de instrucciones para pagar 0.02 bitcoins (aproximadamente $750 dólares) por liberar a su pene de un encierro en el que, paradójicamente, él mismo se metió.
La historia de la estafa se remonta a 2020, cuando un grupo de expertos en ciberseguridad alertó a la empresa Qiui, fabricante del cinturón de castidad, de las fallas —o mejor dicho, de la ausencia— en su sistema de seguridad. El aviso ocurrió en octubre del año pasado, y según relatan los investigadores, la empresa fue omisa. “Cada que lo arreglamos creamos más problemas”, dijo un ejecutivo de la compañía.
Insatisfechos con la respuesta del fabricante, los investigadores decidieron hacer público el caso en octubre de 2020.
“Dada la naturaleza trivial de nuestro hallazgo y que Qiui trabaja en otro dispositivo, sentimos el deber de hacerlo público”, dijo uno de los investigadores a la BBC.
La empresa no tomó acciones y los primeros usuarios ya fueron afectados.
Se desconoce cuántos han sido víctimas de la estafa, sin embargo, los investigadores consideran que alrededor de 40,000 cinturones fueron vendidos en prácticamente todos los continentes.
Paradójicamente, el cinturón de castidad se llama Cellmate, que en español equivale a compañero de celda.