Un equipo de investigadores internacionales describe en el Journal of Vertebrate Paleontology las características de un mamífero que por décadas estuvo envuelto en misterio y que caminó junto a los dinosaurios hace 66 millones de años con unas características tan particulares que le valieron ser descrito como “bestia loca”.
El mamífero, conocido científicamente como Adalatherium —que traducido del malgache y el griego significa bestia loca— tenía las dimensiones de una zarigüeya, pesaba unos 3.1 kilogramos y perteneció a la familia de los gondwanatherians, descubiertos por primera vez en 1980 y que hasta hace poco solo estaban representados por dientes aislados y fragmentos de la mandíbula.
El tamaño de los Adalatherium no suena nada sorpresivo para los estándares modernos, pero durante el Cretácico, caracterizado por la existencia de ratones y musarañas, la «bestia loca» era no menos que gigante para sus pares.
Ahora, los científicos lidereados por los doctores David Krause, del Museo de Naturaleza y Ciencia de Denver, y Simone Hoffman, del Instituto de Tecnología de Nueva York, revelan las características del Adalatherium tras una investigación de 20 años que culminó con la presentación del primer esqueleto del enigmático animal que, por cierto, rompe muchas de las reglas de anatomía de los mamíferos.
Y es que, detallan, la llamada “bestia loca” andaba con una postura híbrida entre los mamíferos modernos y primitivos, ligada a extremidades traseras musculosas, parecidas a las de los cocodrilos modernos, pero patas delanteras fornidas que sugieren un excavador poderoso —como los tejones—, además de estar metidas debajo del cuerpo como las de la mayoría de los mamíferos de hoy.
Los hallazgos descritos por Krause y Hoffman develan el misterio sobre la apariencia del Adalatherium, pero siembran nuevas dudas sobre el devenir de esta criatura prehistórica.
“Sabiendo lo que sabemos sobre la anatomía esquelética de todos los mamíferos vivos, es difícil imaginar cómo pudo haber evolucionado un mamífero como el Adalatherium, cuestiona e incluso rompe muchas reglas”, dice Krause.
Sin embargo, la temporalidad del esqueleto, encontrado en rocas fechadas cerca del final del Cretácico hace aproximadamente 66 millones de años, sugieren que la “bestia loca” se desarrolló en Madagascar, entonces ya una isla separada de África por unos 150 millones de años y del subcontinente indio por unos 20 millones de años.
“Las islas son la materia de la rareza, por lo tanto, hubo tiempo suficiente para que el Adalatherium desarrollara sus características extraordinariamente peculiares de forma aislada”, remata el investigador.