A pesar de todas las innovaciones, a veces, la madre naturaleza sabe mucho más. De ella se puede aprender mucho, incluyendo el último avance de paneles solares de grafeno inspirados, nada menos y nada menos, que en los ojos de la polilla.
Según varios informes, los investigadores de la Universidad de Surrey, en Reino Unido, han examinado cuidadosamente los ojos de estos insectos con el fin de crear paneles de grafeno, es decir, «el material absorbente más ligero jamás creado.»
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Es más, los panes solares de grafeno no tienen que estar en la intemperie para absorber la energía del sol, sino que son capaces de absorber la luz solar indirecta, así como la energía que desprenden algunos artículos de uso diario que se encuentran en el hogar.
«Nos dimos cuenta de que el ojo de la polilla funciona de una manera particular. Atrapa las ondas electromagnéticas de manera muy eficiente», detalla Newsweek, el profesor Ravi Silva, director del Instituto de Tecnología Avanzada de la Universidad de Surrey.
«Como resultado de nuestros estudios, hemos sido capaces de imitar la superficie del ojo de una polilla y crear un material asombrosamente delgado, eficaz, ligero y absorbente hecho con grafeno», explica Silva en Electronics Weekly.
“Los ojos de las polillas tienen patrones microscópicos que les permiten ver incluso en las condiciones más desfavorables. Funcionan mediante la canalización de luz hacia el centro del ojo, eliminando los reflejos. Hemos utilizado la misma técnica para hacer este material».
Las láminas de grafeno son muy delgadas y se componen de átomos de carbono dispuestos en una retícula de nido de abeja. Pero, a pesar de su estructura delicada y su flexibilidad, este material es 200 veces más fuerte que el acero y un conductor mejor que el cobre.
Estas láminas podrán utilizarse en el campo del Internet de las cosas, así como en diferentes dispositivos. Como señala la revista Newsweek, varios sectores podrían beneficiarse de este nuevo material que podría utilizarse en los teléfonos inteligentes o incluso para crear retinas artificiales.
«Durante muchos años, la gente ha estado buscando diferentes usos del grafeno que se pudieran aplicar a la vida cotidiana», insiste Silva.
«Finalmente estamos llegando a ese punto. Pensamos que gracias a este avance, podremos ver distintas aplicaciones muy pronto, porque hemos hecho algo que antes parecía imposible: la optimización de sus increíbles propiedades ópticas», concluye.