Igual lo de hacer ciudades inteligentes no es tan buen idea. Y es que nuestros esfuerzos de convertirlo todo en un dispositivo conectado, también nos ha abierto a terribles hackers y ataques, aunque no queramos pensar en ello.
Según una noticia reciente de The New York Times, «poner un montón de dispositivos conectados de forma inalámbrica en un área podría resultar irresistible para los piratas informáticos. Y podría permitirles propagar códigos maliciosos por el aire».
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Y, ¿cuál sería una de esas armas potenciales? Los drones. En un artículo publicado este jueves, un grupo de investigadores del Instituto Weizmann de Ciencia, cerca de Tel Aviv, Israel, y de la Universidad Dalhousie de Halifax, Canadá, hallaron un error en la tecnología que frecuentemente se encuentra en una serie de dispositivos domésticos inteligentes, incluyendo luces, interruptores, cerraduras, termostatos y otros dispositivos.
En su trabajo, los investigadores examinaron la bombilla inteligente Philips Hue y descubrieron que un dron podía infectarla, creando un efecto dominó.
Por otra parte, los investigadores encontraron también que podían infectar un edificio desde un coche situado a 229 pies de distancia.
La peor parte de todo esto es, según los expertos, que un error podría ser construido y entregado usando nada más y nada menos que un «kit de ataque autónomo» basado en un «equipo disponible» que costaría sólo unos pocos cientos de dólares.
Es decir, que estos ataques no resultarían especialmente difíciles y costosos de ejecutar, más bien al contrario.
Por supuesto, los investigadores alertaron a Philips sobre la vulnerabilidad de su dispositivo y una corrección se publicó el pasado octubre.
Sin embargo, ante otros dispositivos domésticos inteligentes, este parche puede que no sea suficiente para resolver un problema más general.
Así que mejor tengamos cuidado antes de convertir nuestra casa en un hogar inteligente.