Si piensas que nadie puede escuchar lo que le dices a Alexa o al Asistente de Google, estás equivocado. Según un nuevo informe, miles de trabajadores de Google, al igual que de Amazon, están escuchando y analizando sistemáticamente los archivos de audio grabados, que contienen interacciones privadas de las personas con su asistente digital.
Las preocupaciones sobre la privacidad han estado siempre presentes alrededor de la tecnología para hogares desde la llegada de la primera bocina inteligente, pero hasta ahora Google y Amazon han logrado mitigar los temores de los consumidores de que su vida privada podría ser expuesta. Sin embargo, eso podría cambiar gracias a un informe de la red de radiodifusión pública belga VRT NWS, que reveló que contratistas externos constantemente escuchan y transcriben grabaciones de las conversaciones con el Asistente de Google, algunas de las cuales contienen información altamente personal.
Este nuevo informe se une a reportes anteriores de que Amazon hace lo mismo en torno a su asistente digital Alexa. De acuerdo con Bloomberg, la compañía emplea a contratistas «desde Boston a Costa Rica, India y Rumania» para escuchar las grabaciones hechas con Alexa cuando se utilizan las bocinas de Amazon Echo. Luego, transcriben y anotan el texto antes de usar el software para analizarlo. ¿La razón? Se trata de un proceso para mejorar el desempeño, con el objetivo de perfeccionar las habilidades del asistente inteligente.
Mientras que Amazon dice en su sitio web que utiliza tus peticiones a Alexa para «entrenar sus sistemas de reconocimiento de voz y comprensión del lenguaje natural», es probable que la mayoría de la gente imagina que esa tarea es realizada por sistemas de inteligencia artificial en lugar de seres humanos, pero ese no es el caso. Varias personas que trabajaron en el programa fueron contactadas para el desarrollo de este informe, pero la mayoría declinó participar debido a un acuerdo de confidencialidad que les impide hablar públicamente sobre el proceso.
Aunque se afirma que las grabaciones de Alexa o Google que son analizadas después de que alguien pronuncie la palabra de activación del dispositivo no incluyen información personal, como la dirección de la casa del usuario, sí tienen un enlace a un número de cuenta, y también muestran el nombre del dueño y el número de serie del dispositivo.
De acuerdo con dos trabajadores en Bucarest, cada una de las personas contratadas para esta labor puede manejar hasta 1,000 clips de audio durante un turno típico de nueve horas. Además, se dio a conocer que equipos de empleados a veces comparten entre sí archivos de audio en salas de chat internas, si necesitan ayuda para entender un audio en particular. Incluso se reveló que también pueden compartir algunas grabaciones «divertidas» si se encuentran con alguna durante su trabajo. En un nivel más serio, varios revisores dijeron que a veces escuchan lo que parece ser comportamiento criminal, pero Amazon les dijo que la compañía no podía involucrarse.
Amazon lanzó su asistente digital Alexa con su primera bocina inteligente Echo en 2014. Google, Apple y otros han seguido con sus propios dispositivos similares y asistentes inteligentes, aunque actualmente no está claro qué métodos precisos usan otras compañías para mejorar su software, y si empleados humanos están estrechamente involucrados con el trabajo.