Como los jeans o los Vochos de Volkswagen, las consolas retro nunca van a pasar de moda. Tecnológicamente se podrán haber quedado atrás hace mucho, pero vamos a seguir utilizándolas solo por el placer de revivir experiencias de hace 20 o 30 años. Y si bien existen versiones modernas y en miniatura de la SNES o la Sega Genesis, es posible que quieras volver a utilizar una consola de las originales, con sus cartuchos y todo.
¿El problema? Pues que conectarlas a un televisor moderno no es tan sencillo. Y seamos sinceros: prácticamente nadie guarda un televisor CRT en su casa. Por ello, en este artículo te daremos algunos consejos para que aprendas cómo conectar una consola retro a un televisor moderno y no te pierdas en el proceso.
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Cómo conectar una consola antigua a un televisor moderno
Primer paso: revisa qué tipo de conexión tienes (o necesitas)
Desde la NES en adelante, la mayoría de las consolas se pueden conectar a un televisor mediante los clásicos cables de video compuesto, también llamados RCA. Si no sabes cuáles son, se trata de ese trío de conectores amarillo, blanco y rojo (dos para audio estéreo, uno para video) que van conectados directo al televisor o a un aparato VHS, en caso de que fuese necesario.
Dependiendo de qué tan moderno sea el televisor al que quieras conectar la consola, existe la posibilidad de que esos puertos ya no estén presentes, sobre todo en los modelos más nuevos. En la actualidad, la mayoría de consolas y reproductores Blu-ray o DVD se conectan mediante un cable HDMI. De esos puertos, tu televisor tendrá varios.
Si tu televisor cuenta con puerto de video compuesto estándar, el proceso puede ser tan sencillo como conectar los cables de la consola con el color correspondiente y listo. Algunos televisores, eso sí, tienen entrada de audio y video análoga en la forma de un puerto de 3.5 mm (similar al de los audífonos) en lugar del RCA, por lo que tal vez necesites un adaptador como el de la foto de arriba si es que tu pantalla no lo incluye de fábrica. Pero a grandes rasgos, la única forma de saber con exactitud lo que vas a necesitar es revisar la parte trasera del panel para saber cuáles son los puertos disponibles.
Ahora, si te encuentras en el muy común caso de que tu televisor no tiene entrada de video análoga o sí tiene una, pero no hay imagen al encender la consola –algo posible debido al formato de video de las antiguas de 8 o 16 bits–, entonces habrá que ir al siguiente paso: conseguir un adaptador.
Segundo paso: busca el adaptador adecuado
Existen varias maneras de conectar una consola antigua a un televisor actual mediante el uso de reescaladores de imagen. Lo que estos aparatos hacen es, básicamente, tomar la señal análoga que viene del cable de video compuesto de la consola y convertirla a un formato digital, que luego se conecta al televisor mediante el puerto HDMI.
Estos reescaladores existen en varios modelos y rangos de precios; los más baratos comienzan en los $8 o $9 dólares ,y se pueden encontrar en Amazon, mientras que los más caros (y también de mayor calidad, ya comentaré sobre ello) pueden llegar a costar $130 euros.
Reescaladores baratos, imagen de calidad regular
Es importante saber que la calidad de la imagen que se obtenga en el televisor va directamente de la mano con el precio que se pague por el reescalador. Todos los que cuestan alrededor de $10 dólares (o un poco más en Amazon) harán que la consola antigua básicamente se vea en pantalla, pero deberás olvidarte de que los colores sean muy nítidos o que las imágenes sean finas. Además, dependiendo de la configuración de tu televisor, es posible que tengas que hacer más de un ajuste al tamaño o las proporciones; las consolas antiguas proyectaban el video en formato 4:3, que es muy distinto al estándar actual de 16:9.
Por lo tanto, al conectar la consola por primera vez al televisor actual es posible que veas ya sea una imagen estirada o bien dos barras negras verticales en cada lado de la pantalla. ¿Nuestra recomendación? Esto es principalmente un tema de gustos, pero si buscas preservar la imagen y que se vea lo más parecida posible a la original, deberías configurar el televisor para formato 4:3 y mantener las barras laterales.
Ahora bien, si crees que la imagen no es muy nítida o no se ve como la recordabas, hay que tomar en cuenta un par de detalles. Primero, y como ya se mencionó antes, los reescaladores baratos no destacan por una gran calidad visual. Luego, está el tema de la latencia o el lag, que es el nombre técnico para el retardo que existe entre el momento de presionar el botón en el control y ver la respuesta en pantalla: en los antiguos televisores CRT no existía tal lag, mientras que los paneles modernos sí tienen un leve retardo que, sumado al lag por defecto que agregan los reescalador baratos, puede hacer que los juegos se sientan muy extraños o toscos de controlar.
Y por último, tampoco debemos olvidar que el feeling retro de los juegos antiguos también tiene que ver con la tecnología de los televisores CRT, que les daba un aspecto muy particular que se pierde en los paneles LCD o LED más modernos.
De cualquier manera, también existe otra posibilidad de conectar la consola retro al televisor y además mejorar la calidad de imagen, aunque para ello tendrás que desembolsar dinero extra.
Reescaladores más caros, para imágenes de mayor calidad
Existe una variada oferta de dispositivos reescaladores, que toman la señal análoga, la convierten a digital y además le aumentan la resolución de una forma muy limpia, con lo que la imagen en pantalla ahora sí es mucho más fina. Por otra parte, estos aparatos casi no provocan ningún tipo de lag (o al menos, no demasiado perceptible) y algunos incluso vienen con algunos extras en forma de filtros de suavizado para pulir aún más la imagen (lo que es muy útil para consolas como la Nintendo 64 o la primera PlayStation).
Una buena opción –y no la más cara– es el RetroTINK 2X-Mini. Se trata de un reescalador muy pequeño, que cuenta con entradas de video compuesto (RCA) y S-Video, salida HDMI y un par de filtros para suavizar la imagen. En la caja se incluyen además el cable original de conexión del Super Nintendo, el Nintendo 64 y el GameCube, y un cable USB para alimentación que se conecta directamente en el puerto del televisor. El 2X-Mini cuesta $80 dólares y es la solución más conveniente en relación precio-calidad, ya que la imagen mantiene su formato original y los colores se ven mucho más saturados que en los reescaladores baratos.
Ahora, si lo que buscas es algo aún más refinado, el reescalador Open Source Scan Converter (OSSC) es una de las mejores opciones en el mercado. Este dispositivo cuenta con múltiples entradas como video por componentes, VGA e incluso SCART, además de dos puertos de 3.5 mm para audio análogo. Sin duda se trata de una de las soluciones más pulcras, aunque a la vez menos sencilla, ya que en algunos casos requerirá modificaciones al firmware o creación de perfiles específicos mediante una computadora con Windows. Por otra parte, el OSSC no incluye un puerto para video compuesto (RCA) o S-Video, lo que implica un adaptador extra para conectar una consola que lo necesite. Además, este reescalador es algo más caro: su precio ronda los $130 euros.
Cualquiera de las alternativas más avanzadas de reescaladores son de lo mejor para conectar una consola retro a un televisor moderno, aunque el RetroTINK 2X-Mini es la solución más cómoda para la gran mayoría de usuarios, ya que sirve para prácticamente cualquier consola retro.
También existe un conversor de RetroTINK algo más completo llamado 2X-Pro, cuya gran ventaja es que viene con puertos para video por componentes y que son ideales para consolas como la Xbox original, la PlayStation 2 o la GameCube. Su precio es algo más elevado, ya que llega a los $129 dólares, pero si tu único objetivo es conectar tu antigua Super Nintendo o Sega Genesis y que la imagen no se distorsione demasiado, con el 2X-Mini es suficiente.