El 7 de mayo de 1946, dos japoneses llamados Masaru Ibuka y Akio Morita fundaron una compañía para crear una grabadora de cintas, la primera producida en Japón. Esa grabadora se llamó Type-G y la nueva empresa, Tokyo Tsushin Kogyo.
Durante su primera década de vida, la compañía se dedicó a producir esta grabadora y a investigar sobre nuevas tecnologías; en específico, sobre los nuevos transistores que en ese entonces se diseñaban en Estados Unidos. En Japón, la tecnología de transistores se pensaba para uso militar; las mentes detrás de Tokyo Tsushin Kogyo tenían la idea de utilizarlo en algo más común.
Y así fue como en 1957 se lanzó a la venta el Sony TR-63, una radio de bolsillo que funcionaba precisamente con transistores. Este sería el primer producto comercial bajo el nombre de Sony, que era una mezcla del latín sonus y el apodo Sonny, muy común en Estados Unidos. Sin embargo, la compañía seguía llamándose Tokyo Tushin Kogyo, hasta que en 1958 fue rebautizada con un nombre más sencillo: Sony.
No obstante, el nombre causó algunos problemas.
Sony en América
Luego del éxito de sus primeras radios a transistores, los fundadores de Sony encontraron un espacio en Estados Unidos, por lo que la compañía abrió un brazo americano (Sony Corporation of America). La tecnología de transistores estuvo detrás del lanzamiento de calculadoras y radios, hasta que en 1968 se lanzó a la venta el primer televisor a color bajo el nombre de Trinitron.
Los televisores dieron paso a videocaseteras en la década siguiente y, hacia finales de los setenta, apareció uno de los productos probablemente más exitosos de toda la historia: el Walkman. Curiosamente, este dispositivo fue causa de discusiones dentro de la empresa y uno de los fundadores de la ya olvidada Tokyo Tsushin Kogyo, Akio Morita, amenazó con renunciar si el producto no se lanzaba a la venta.
Expansión, auge y declive
Luego de casi cuatro décadas produciendo aparatos electrónicos, los directores de Sony decidieron que era momento de expandirse hacia otros segmentos. Esto se materializó hacia finales de la década de los ochenta, cuando Sony adquirió CBS Recording Group y Columbia Pictures. Sony ya no era una compañía tecnológica, sino un gigante global que producía televisores o Walkman, a la vez que una casa discográfica y un estudio de Hollywood.
Con la llegada de los noventa, comenzaron algunos cambios dentro de Sony. Los más importantes fueron la salida de sus fundadores y la compañía en manos de una nueva generación de ejecutivos que introdujo productos como las computadoras Vaio (hacia fines de la década) o la consola PlayStation (1994). Curiosamente, en 1993 Sony tuvo pérdidas financieras por primera vez en su historia.
Pese a ello, la Sony moderna se labró una reputación de hacer productos de alta calidad y mejores que los de su competencia, lo que se reflejaba en las Vaio o la serie de televisores Bravia.
Sin embargo, Sony también fue reconocida por algunos fracasos, en particular, los de varios formatos que se esperaba tuvieran una adopción universal, pero que quedaron relegados a productos de la misma Sony y poco más. El Betamax —competidor de las cintas VHS—, el MiniDisc y los discos UMD —el formato de la consola PSP— son algunos de los más recordados.
Pero al mismo tiempo, Sony hizo importantes avances en términos de tecnologías y patentes: desarrolló tecnología para discos ópticos, lentes para cámaras (hoy muy utilizados en teléfonos de otras marcas), baterías de ion-litio, medicina, robótica y un largo etcétera.
En la actualidad, Sony no está en el mejor momento de su historia. La compañía que comenzó haciendo radios de bolsillo hoy se sustenta en gran parte en el éxito de PlayStation. La marca Vaio fue separada de la compañía a causa del declive del mercado de las PC, mientras que los teléfonos Xperia simplemente no ha podido competir con el resto. Aun así, Sony sigue siendo una compañía gigante e importante en el mundo de la electrónica y sus aplicaciones, pero ya no tiene el impacto de hace dos o tres décadas.
En 1958, el nombre de Sony no fue aceptado de buenas a primeras, principalmente porque no se incluía ningún kanji como era la costumbre en Japón. El banco que llevaba las cuentas de Tokyo Tushin Kogyo no estaba de acuerdo con un título tan occidentalizado y también pusieron sus trabas. Sin embargo, Ibuka y Morita se mantuvieron firmes en que Sony debía llamarse como tal.