China ha estado albergando taikonautas en su estación espacial en órbita terrestre baja durante unos cuatro años, y desde entonces ha habido pocas cosas de las que preocuparse. Hasta ahora, eso es.
Según un comunicado compartido por la Agencia Espacial Tripulada de China (CMSA), el vuelo de regreso de tres taikonautas, que esperaban regresar a la Tierra esta semana después de seis meses en órbita, se ha retrasado mientras evalúan los daños a la nave espacial Shenzhou-20.
“Se sospecha que la nave espacial tripulada Shenzhou-20 fue golpeada por un pequeño trozo de basura espacial, y se está llevando a cabo un análisis de impacto y una evaluación de riesgos”, dijo la CMSA en un comunicado ampliamente reportado.
Los tres taikonautas, Chen Dong, Chen Zhongrui y Wang Jie, permanecen a bordo de la estación espacial Tiangdong con otros tres taikonautas que llegaron a fines del mes pasado como tripulación de reemplazo.
Si se considera que el daño a la nave espacial representa una amenaza para la seguridad de la tripulación, entonces la agencia espacial china tendrá que encontrar otra forma de traer a los taikonautas a casa.
Una opción es enviar otra nave espacial, aunque no está claro cuánto tiempo podría llevar organizarlo.
No es la primera vez que los miembros de la tripulación han tenido que permanecer en el espacio por más tiempo de lo planeado. A principios de este año, los astronautas de la NASA Butch Wilmore y Suni Williams finalmente regresaron a la Tierra desde la Estación Espacial Internacional después de que problemas técnicos con su nave espacial Boeing Starliner los dejaran atrapados en órbita durante nueve meses más de lo esperado. La pareja terminó regresando en una cápsula Crew Dragon de SpaceX.
El dilema que enfrentan actualmente los funcionarios espaciales chinos destaca el desafío actual de los desechos espaciales en órbita terrestre baja, con piezas de cohetes gastadas y satélites fuera de servicio, así como pequeños fragmentos causados por colisiones que involucran estos objetos, lo que causa un peligro cada vez mayor para las tripulaciones humanas y los satélites operativos.