La imagen será distópica. Vista a miles de kilómetros, la Tierra lucirá unos anillos tan impresionantes como los de Saturno. Solo que no serán partículas de hielo, sino pedazos de basura espacial.
Esa es la propuesta de un grupo de investigadores de la Universidad de Utah para aminorar los crecientes riesgos de la basura espacial, que son todos los desechos espaciales que la humanidad ha dejado en órbita desde que puso un objeto fuera del planeta en 1957.
La propuesta los científicos es un “rayo tractor” capaz de jalar la basura espacial y agruparla para que orbite en zonas especificas. Ya que se estima que actualmente orbitan unas 9,200 toneladas de basura espacial, agruparla formaría unos impresionantes anillos de basura que, a lo lejos, se verían tan impresionantes como los de Saturno, aunque en una versión distópica.
Los expertos publicaron su investigación en la revista Nature, donde explican todos los elementos necesarios para construir el rayo, ponerlo en órbita y comenzar a agrupar la basura espacial. “Ahora solo es cuestión de ingeniería construirlo y lanzarlo”.
La propuesta de los investigadores no terminaría solo por meter la basura “debajo del tapete”, sino que también facilitaría su recolección mediante otros métodos. Por ejemplo, a inicios de 2021 se lanzó una nave de fabricación japonesa diseñada para recolectar basura espacial. Cualquiera que haya barrido alguna vez en su vida sabe que todo es más fácil cuando la basura está en un mismo sitio, y esa máxima también aplica con los desechos espaciales.
¿Y por qué tanto alboroto con desechos que están a kilómetros de nosotros? Porque la creciente cantidad de basura espacial en órbita viaja a una velocidad de 25,000 kilómetros por hora, lo que pone en riesgo no solo satélites en funcionamiento, sino también a la tripulación de la Estación Espacial Internacional (EEI). De hecho, apenas a mediados de noviembre de este año Rusia generó tensiones políticas (entre otras, claro), por destruir sin previo aviso un satélite en desuso con un sistema antimisiles; su acto creó más basura espacial que puso en riesgo a la tripulación de la EEI.