Este 12 de julio se cumplió el primer aniversario de las primeras imágenes compartidas desde el Telescopio Espacial James Webb, y para celebrar este hito, la NASA ha compartido otra hermosa imagen del espacio capturada por Webb.
La nueva imagen muestra un sistema estelar llamado Rho Ophiuchi; Una región ocupada donde nacen nuevas estrellas se arremolina de polvo y gas. Ubicado a solo 390 años luz de distancia, Webb pudo capturar la región con un detalle impresionante utilizando su instrumento NIRCam.
La región está formada por múltiples sistemas estelares, con grandes cantidades de gas como el hidrógeno molecular, que se muestra en rojo. A medida que las estrellas se forman en el remolino de polvo y gas, emiten luz y radiación en un fenómeno llamado viento estelar. Este viento sopla el material de alrededor de las estrellas jóvenes, evitando que otras estrellas se formen demasiado cerca y también esculpiendo el polvo y el gas en formas distintivas.
Explosiones particularmente brillantes de energía son emitidas por estrellas jóvenes que forman chorros, expulsando material de ambos polos y creando las rayas rojas de hidrógeno molecular en la parte superior y derecha de la imagen.
Sin embargo, las estrellas son los únicos objetos que se forman en esta imagen. Varias de las estrellas también tienen sombras a su alrededor que indican la presencia de discos protoplanetarios. Estos discos de polvo y gas se forman alrededor de una estrella, creciendo gradualmente con el tiempo debido a la gravedad de la estrella. Los grupos comienzan a formarse dentro del disco, comenzando con pequeñas partículas y acumulándose para hacerse más y más grandes con el tiempo. Eventualmente, los grupos pueden ganar suficiente masa para formar un núcleo sólido, creando la base para un nuevo planeta. Así que los sistemas en esta imagen incluyen no sólo nuevas estrellas, sino también planetas en formación.
Hay un total de alrededor de 50 estrellas jóvenes que se muestran en la imagen, cada una de ellas similar a nuestro sol. Las nubes de polvo alrededor de las estrellas son calentadas por su radiación, con fuentes infrarrojas brillantes que Webb es capaz de captar gracias a sus instrumentos infrarrojos.