Un singular hallazgo realizaron un grupo de científicos al encontrar un objeto ubicado en una oscura región de la constelación del Escorpión, cerca del centro de la Vía Láctea. En ella se detectó una extraña combinación de una estrella variable cercana a una nebulosa, que también cambia de brillo.
El hallazgo fue logrado gracias al survey VVVX, que es un mapeo del plano de la Vía Láctea realizado en luz infrarroja con el telescopio VISTA del observatorio ESO Paranal en Chile. “A lo largo de 12 años se han descubierto decenas de miles de esas variables, que se clasifican de acuerdo a sus fluctuaciones de brillo. Sin embargo, cada tanto aparecen objetos variables que no pueden ser explicados fácilmente porque no se ajustan a ninguna de las clases conocidas”, explica Dante Minniti, quien es Director del Instituto de Astrofísica UNAB.
La investigación fue liderada por Roberto K. Saito de la Universidade Federal de Santa Catarina en Florianópolis, Brasil. “Los análisis espectroscópicos posteriores – logrados con el telescopio de 4m SOAR (AURA) en el Cerro Pachón en Chile- revelaron que aquella fuente central es un objeto estelar muy joven que ilumina la nebulosa periódicamente. Se trata de una estrella roja situada en su centro, la que cambia de brillo cada 4 años”, comenta.
Estos objetos son conocidos por las siglas en inglés WIT, que significan “What Is This?”, literalmente “¿Qué es esto? y que representan fenómenos astronómicos extremadamente raros. Este descubrimiento ha sido denominado “WIT-12”.
Los astrónomos ya tienen dos posibles explicaciones a este fenómeno. “Podría tratarse de una estrella variable central que produce un eco de luz que se refleja en la parte posterior de la cavidad de la nebulosa que la rodea. Como la nebulosa es tan grande, la luz de la parte más cercana nos llega directamente, o sea que esa parte de la nebulosa aumenta de brillo cuando la estrella es más brillante”, agrega Minniti, quien es también uno de los investigadores principales del CATA.
Otra posible explicación sería la presencia de un disco circumestelar doblado que bloquea la luz hacia algunas partes de la nebulosa a medida que rota. “Esto puede ser descrito como un “anti-faro”, que al girar proyecta sombra hacia una dirección”, concluye Minniti.
Para el equipo de astrónomos, la solución para revelar el misterio de WIT-12 implicará no solo más observaciones, también será necesario encontrar objetos similares usando el futuro Observatorio Vera C. Rubin, que se construye en el Cerro Pachón, en la región de Coquimbo en Chile.
La investigación fue publicada en la última edición de la revista The Astrophysical Journal Letters, la que puede verse en este enlace .