Una nueva misión de la NASA llevará a la estratósfera un telescopio de 8.4 pies (2.5 metros), que le permitirá observar el espacio en longitudes de onda de luz que no son visibles desde la superficie terrestre.
Para transportar el equipo, la entidad no ocupará un cohete, sino que un globo de grandes proporciones, según lo informó la agencia en un comunicado.
Cuando esté completamente inflado con helio, tendrá un diámetro de 400 pies (150 metros) de ancho, el tamaño de un estadio de fútbol.
La NASA planea lanzar el globo con el telescopio ASTHROS (abreviatura de Astrophysics Stratospheric Telescope for High Spectral Resolution Observations at Submillimeter-wavelengths) en diciembre de 2023 desde la Antártica.
ASTHROS alcanzará una altitud de aproximadamente 130,000 pies (24.6 millas o 40 kilómetros), cuatro veces más que la altura en que vuelan los aviones comerciales.
Se trata de un lugar lo suficientemente alto como para observar longitudes de onda de luz bloqueadas por la atmósfera de la Tierra.
El globo transportará una góndola con el instrumental y el ya mencionado telescopio, que se compone de una antena parabólica de 8.4 pies (2.5 metros) y de espejos, lentes y detectores, diseñados y optimizados para capturar luz infrarroja lejana.
Durante el vuelo, los científicos podrán controlar con precisión la dirección a que apunta el telescopio y descargar los datos en tiempo real utilizando enlaces satelitales.
Objetivos estelares
ASTHROS llevará un instrumento para medir el movimiento y la velocidad del gas alrededor de las estrellas recién formadas.
Durante el vuelo, la misión detectará y mapeará por primera vez la presencia de dos tipos específicos de iones de nitrógeno (átomos que han perdido electrones).
De acuerdo con el comunicado de la NASA, estos iones de nitrógeno pueden revelar aquellos lugares donde las explosiones de grandes estrellas y supernovas reformularon las nubes de gases dentro la formación estelar.
Es un proceso conocido como retroalimentación estelar. Cuando violentas manifestaciones —durante millones de años—pueden dispersar la materia, impedir la formación de estrellas o detenerlo por completo.
Pero la retroalimentación estelar también puede hacer que el material se agrupe, acelerando la formación de estrellas.
“Sin este proceso, todo el gas y el polvo disponibles en galaxias como la nuestra se habrían fusionado en estrellas hace mucho tiempo”, sostiene la agencia en el comunicado.
El equipo espera obtener información sobre cómo funciona la retroalimentación estelar y proporcionar nueva información para refinar las simulaciones por computadora de la evolución de las galaxias.