Una función vital y fundamental es la que cumple la heliosfera, definida como “una burbuja creada por el viento solar, una corriente de protones, electrones y partículas alfa que se extiende desde el Sol hacia el espacio interestelar y protege a la Tierra de la dañina radiación interestelar”.
Dan Reisenfeld, científico del Laboratorio Nacional de Los Álamos, es el encargado principal del hito de cartografiar esta capa protectora para fijar sus límites.
La heliosfera se extiende más allá de la órbita de Plutón, pero nadie se había dado el trabajo de definir hasta dónde llegaba.
Los científicos utilizaron datos del satélite Explorador de Límites Interestelares (IBEX) en órbita terrestre de la NASA, que detecta partículas que provienen del heliofunda, la capa límite entre el sistema solar y el espacio interestelar. El equipo pudo mapear el borde de esta zona, una región llamada heliopausa. Aquí, el viento solar, que empuja hacia el espacio interestelar, choca con el viento interestelar, que impele hacia el Sol.
Dan Reisenfeld aseguró basarse en un sistema muy similar al que ocupan los murciélagos con los radares como técnica.
“Así como los murciélagos envían pulsos de sonar en todas las direcciones y usan la señal de retorno para crear un mapa mental de su medio, usamos el viento solar del Sol, que sale en todas las direcciones, para crear un mapa de la heliosfera”, dijo Reisenfeld.
El científico líder de esta cartografía de la burbuja protectora también explicó cómo utilizó los datos del satélite IBEX.
“La ‘señal’ de viento solar enviada por el Sol varía en fuerza, formando un patrón único”, explicó Reisenfeld.
El mapa de Reisenfeld muestra que la distancia mínima desde el Sol hasta la heliopausa es de aproximadamente 120 unidades astronómicas (UA) en la dirección que enfrenta el viento interestelar, y en la dirección opuesta se extiende al menos 350 UA , que es el límite de distancia de la técnica de sondeo. Como referencia, la órbita de Neptuno es de aproximadamente 60 UA de ancho.