Un grupo de científicos postula en un nuevo estudio que la zona cercana al centro interior de la Tierra puede estar compuesta por lo que se cree son restos y vestigios de la Tierra primitiva.
La investigación, llevada a cabo en la Universidad de Utah, dice que las zonas de velocidad ultrabaja están estratificadas y que algunas de ellas se mantienen así desde los tiempos en que el planeta aún adoptaba su forma actual.
Las zonas ultrabajas son llamadas así porque se trata de lugares en los que las ondas sísmicas se ralentizan. En particular, las regiones que se mencionan en el estudio se encuentran en uno de los límites de la gran provincia de baja velocidad del Pacífico, que se extiende por 3,000 kilómetros cuadrados.
Los científicos creen que estas zonas de velocidad ultrabaja están compuestas por un tipo de rocas diferente a las del resto del manto de la Tierra. Y precisamente esa composición es la que sería una especie de recordatorio de lo que fue la Tierra hace miles de millones de años.
El origen de esta composición tiene que ver con un gran evento ocurrido cuando un objeto del tamaño de Marte chocó con el planeta. El aumento de la temperatura ocasionado por la colisión “formó una gran masa de material fundido” conocido como océano de magma. Al enfriarse, ese océano se ordenó en diferentes zonas, entre las que encuentran las de velocidad ultrabaja, que son las más densas de todas.
Uno de los científicos del estudio explicó en un comunicado a Europa Press que este descubrimiento “cambia nuestra visión sobre el origen y la dinámica de las zonas de velocidad ultrabaja”. Justamente, el origen de dichas regiones se remonta al “principio de la historia de la Tierra”, que 4,500 millones de años después aún no terminan de moverse y mezclarse.