Una hermosa nebulosa resulta tener una sorpresa en su centro: un par de estrellas que no coinciden como deberían. Los investigadores que observaron la hermosa nebulosa NGC 6164/6165 se sorprendieron al saber que una de las dos estrellas que alberga parece ser mucho más antigua que la otra, lo que da pistas sobre la dramática situación en la que nació la nebulosa.
Los pares de estrellas no son inusuales en las nebulosas, pero suelen ser muy similares. Normalmente, se esperaría que una pareja fuera similar en términos de edad y masa, ya que se habrían formado aproximadamente al mismo tiempo. Pero en esta nebulosa, situada a 3.800 años luz de distancia, un miembro de la pareja es 1,5 millones de años más viejo que el otro, y la estrella más joven también es magnética, a diferencia de su homóloga más antigua.
«Al hacer una lectura de fondo, me sorprendió lo especial que parecía este sistema», dijo la autora principal de la nueva investigación, Abigail Frost, del Observatorio Europeo Austral en Chile, en un comunicado. «Una nebulosa que rodea a dos estrellas masivas es una rareza, y realmente nos hizo sentir que algo genial tenía que haber sucedido en este sistema. Al mirar los datos, la frialdad solo aumentó. Después de un análisis detallado, pudimos determinar que la estrella más masiva parece mucho más joven que su compañera, lo que no tiene ningún sentido ya que deberían haberse formado al mismo tiempo».
Los investigadores obtuvieron pistas sobre el misterio a partir de la naturaleza de la nebulosa en sí, ya que parece ser muy joven en comparación con las estrellas, con solo 7.500 años. También tiene un alto contenido de elementos como nitrógeno, carbono y oxígeno. En total, la evidencia sugiere que algo dramático sucedió para iniciar la existencia de la nebulosa.
«Creemos que este sistema tenía al menos tres estrellas originalmente; dos de ellas tenían que estar juntas en un punto de la órbita, mientras que otra estrella estaba mucho más distante», explicó otro de los investigadores, Hugues Sana, de la KU Leuven en Bélgica. «Las dos estrellas interiores se fusionaron de una manera violenta, creando una estrella magnética y arrojando algo de material, lo que creó la nebulosa. La estrella más distante formó una nueva órbita con la estrella recién fusionada, ahora magnética, creando el sistema binario que vemos hoy en el centro de la nebulosa».
Este escenario también puede ayudar a los astrónomos a aprender sobre cómo algunas estrellas masivas adquieren campos magnéticos, lo que puede suceder después de una fusión. Las estrellas masivas no permanecen magnéticas durante mucho tiempo en comparación con sus largas vidas, por lo que esta es la primera vez que los investigadores han visto evidencia de este magnetismo después de una fusión.
La investigación se publica en la revista Science.