Este 5 de enero se cumplen 16 años del controversial hallazgo de Eris, el décimo planeta del sistema solar.
Eris había sido observado dos años antes por astrónomos durante un estudio en el Observatorio Palomar, sin embargo, en aquel entonces la comunidad científica animó un intenso debate en torno a su particular tamaño.
En ese momento, incluso la Unión Astronómica Internacional se vio motivada a participar y debió aclarar la definición de planeta.
En definitiva, Eris es más pequeño que Plutón y ahora ambos son calificados como planetas enanos.
Sin embargo, la controversia está lejos de terminar. De hecho, su nombre hace referencia a la antigua diosa griega de la discordia y la contienda. Fue bautizado así como una manera de retratar toda la discusión que ha desatado –y que todavía lo hace– su designación como planeta.
¿Cómo es?
Eris es un planeta helado, que tarda 557 años terrestres en completar una sola órbita alrededor del Sol.
Su distancia respecto a él provoca que su atmósfera se derrumbe y se congele en la superficie. Los científicos estiman que las temperaturas superficiales varían entre -217 a -243 grados Celsius.
Todo hace pensar que su delgada atmósfera se derretirá en unos cientos de años a medida que se acerque al Sol, mostrando así su superficie rocosa, similar a la de Plutón.
Tanto Eris como Plutón son más pequeños que la Luna de la Tierra, por lo mismo, los astrónomos debieron ayudarse de Dysnomia, su luna diminuta, para medirlo.
Así, pese a lo reciente de su hallazgo, este planeta enano posee una rica historia que vale la pena reconocer en el día de su descubrimiento.