Los cambios que ha sufrido la Tierra a través de su milenaria existencia son múltiples, desde la geología hasta los ciclos normales del clima y del tiempo.
Lo último que se comprobó es que las horas y días terrestres no siempre fueron como los imaginábamos, luego de que un Grupo de Investigación Ambiental y Geoquímica de la Universidad de Bruselas, estudiaran los rastros químicos encontrados en una concha de 70 millones de años perteneciente a un molusco extinto.
La conclusión más interesante de este nuevo artículo , publicado en Paleoceanografía y Paleoclimatología, muestra que, hace unos 70 millones de años, los días duraban alrededor de 23.5 horas y que la Tierra giraba 372 veces al año, en comparación con los 365 días actuales.
En esto influyó en el periodo del Cretácico Tardío que la Tierra daba vueltas más rápido, a diferencia de la actualidad donde la fuerza gravitacional de la Luna ha disminuido la velocidad de los giros.
El científico Niels J. de Winter, explicó al sitio Gizmodo que anteriormente ya se había determinado que los días eran más cortos, pero no con la precisión que se logró con este estudio.
«Las estimaciones anteriores se basaron en contar láminas diarias [capas de crecimiento] similares a las que realizamos análisis químicos. El recuento anterior produjo aproximadamente el mismo número de días por año, pero con diferentes recuentos produciendo diferencias de hasta 10 días debido a errores humanos y la dificultad de reconocer las capas diarias a simple vista».
La investigación fue realizada en la concha fósil perteneciente al grupo Torreites sanchezi, una almeja rudista, llamadas así porque tenían forma de cajas, tubos y anillos, y llenaban un nicho ecológico actualmente ocupado por los arrecifes de coral.
El espécimen recuperado para este estudio vivía en las cálidas aguas de un fondo marino tropical y murió a la edad de 9 años. El fósil proviene de la formación Samhan en Omán, que data de hace unos 70 millones de años.
Se observaron las muestras a través de un microscopio, y acá los investigadores pudieron ver los crecimientos diarios, que medían 40 nanómetros de ancho, lo que les permitió calcular las diferencias entre el día y la noche a partir de las capas del molusco prehistórico.
Según la investigación, estos análisis logran «contar con mayor precisión estas capas diarias y anuales en conchas fósiles para estimar cuántos días hay en un año en el pasado geológico», dijo el científico Winter. Esto permitirá «ver cómo evolucionó la rotación de la Tierra y la Luna a lo largo de escalas de tiempo largas» y «finalmente comprender cómo se formó la Luna».