El reciente hallazgo de una señal de radio proveniente del objeto interestelar 3I/ATLAS marca un avance crucial para la astronomía y el conocimiento de los cometas que llegan a nuestro sistema solar desde otras partes de la galaxia. Por primera vez, se ha detectado de manera inequívoca la huella química de agua a través de moléculas de hidroxilo (OH) en un cometa interestelar, permitiendo analizar su composición y actividad “en tiempo real”, y brindando claves sobre su origen y los procesos que ocurren en estos auténticos mensajeros del cosmos.
En octubre de 2025, astrónomos de un consorcio internacional detectaron por primera vez dos señales de radio provenientes de 3I/ATLAS, gracias al radiotelescopio MeerKAT en Sudáfrica, uno de los más sensibles del mundo. La señal corresponde a lo que se conoce como “líneas de absorción” de la molécula hidroxilo (OH), medidas en las frecuencias de 1.665 y 1.667 gigahercios, valores típicos en cometas activos dentro del sistema solar.
Estas líneas no son una “transmisión artificial”: el hidroxilo (OH) es un subproducto natural que se genera cuando la radiación ultravioleta del Sol descompone el vapor de agua liberado desde el cometa en hidrógeno y radicales OH. Como resultado, estas moléculas absorben de manera muy específica ciertas frecuencias de radio; el radiotelescopio capta las “huellas” energéticas que dejan estas absorciones, confirmando la presencia tanto de agua como de actividad cometaria activa en 3I/ATLAS.
La confirmación de esta huella es relevante porque es la primera vez que se logra observar actividad química “en directo” en un objeto interestelar, aplicando exactamente las mismas técnicas usadas para estudiar cometas locales. En esencia, esto abre una “ventana química” para estudiar de qué están hechos y cómo se comportan los visitantes galácticos.
¿Cómo se realizó la detección? La tecnología detrás del hallazgo
El radiotelescopio MeerKAT, en Sudáfrica, consta de 64 antenas parabólicas y forma parte de los proyectos internacionales más ambiciosos de radioastronomía. Está especialmente adaptado para captar señales extremadamente débiles en el espectro de radio, lo que lo vuelve ideal para estudiar tanto objetos lejanos como fenómenos pasajeros del espacio profundo.
El proceso de detección se basa en la identificación de líneas espectrales únicas; cada molécula absorbe o emite energía en frecuencias muy precisas, actuando como una especie de “código de barras” químico. Al detectar las líneas de absorción características del OH en las frecuencias esperadas, los científicos pudieron no solo demostrar la presencia activa de vapor de agua, sino calcular la velocidad del objeto (98 km/s con respecto a la Tierra), otro indicador de su origen interestelar.
¿Por qué es importante? Implicancias científicas y futuras pesquisas
Este hallazgo tiene varias consecuencias de gran alcance:
- Confirma la actividad cometaria en un cuerpo interestelar, probando que no es un objeto rocoso inerte, sino una bola de hielo activa, similar a los cometas de nuestro sistema pero formada lejos de él.
- Permite comparar la química de objetos galácticos: da pistas sobre cuánto se parecen o se diferencian las condiciones de formación en otros sistemas estelares respecto al nuestro.
- Ofrece una herramienta para investigar la presencia de agua y compuestos orgánicos en sistemas distantes, fundamental para teorías sobre el origen de la vida en otras partes del universo.
- Demuestra el potencial de la tecnología radioastronómica para detectar señales débiles y fugaces: sienta precedente para futuros descubrimientos y para el monitoreo sistemático de más visitantes interestelares.
- Despierta interés social y científico: todo hallazgo de este tipo suele ir acompañado de polémicas y especulaciones, pero el consenso científico es que se trata de un fenómeno natural bien explicado por la física y la química actuales.
Otras curiosidades de 3I/ATLAS
- Su paso es totalmente seguro para la Tierra: nunca se acercó a menos de 270 millones de kilómetros de nuestro planeta.
- Su núcleo es grande para un cometa: algunas estimaciones lo ubican en hasta 20 km de diámetro, lo que lo convierte en un objeto realmente masivo en comparación con otros cometas conocidos.
- Presenta una composición química particular, con más dióxido de carbono y menor proporción de agua que los cometas típicos del sistema solar, reflejando su diferente “historia de origen”.
- Muestra comportamientos poco usuales en su trayectoria y actividad, lo que motiva investigaciones adicionales y monitoreos con telescopios como el James Webb y el Hubble.