Una situación dramática es la que se vivió el pasado 1 de mayo en el desierto de Nuevo México, ya que un cohete que llevaba cargas útiles, experimentos estudiantiles y hasta los restos cremados de un astronauta de la NASA, explotó a los 3 segundos de su despegue.
El cohete SpaceLoft XL de UP Aerospace se lanzó a las 12:45 p.m. ET el 1 de mayo desde Spaceport America. Alrededor de tres segundos después de la ignición, el cohete sufrió una anomalía y fue destruido en vuelo, informó KVIA-TV.
El desafortunado evento no solo afectó las cargas útiles del Desafío Estudiantil TechRise de la NASA, sino que también retrasó un conmovedor homenaje al fallecido astronauta de la NASA, Phillip K. Chapman, y a la química Louise Ann O’Deen.
El cohete estaba listo para lanzar los restos cremados de Chapman, el primer astronauta estadounidense nacido en Australia de la NASA, finalmente otorgándole su tan esperado viaje al espacio.
Celestis, la compañía responsable de los monumentos espaciales, emitió una declaración sobre el fracaso del lanzamiento: «El lanzamiento de hoy no tuvo éxito. Lo hizo fuera de la plataforma, pero no alcanzó la altitud objetivo debido a una anomalía. Trabajaremos con Up Aerospace para determinar qué sucedió». Celestis aseguró que todos los participantes de este vuelo se lanzarían en la próxima misión Earth Rise disponible, llamada Perseverance.
Charles M. Chafer, cofundador y CEO de Celestis, expresó su confianza en UP Aerospace, afirmando: «Tenemos plena confianza en que UP Aerospace encontrará y solucionará el problema, y esperamos volar nuevamente con ellos cuando estén listos».