Astrónomos chilenos encontraron un candidato a planeta gigante caliente de gas. Según ellos, un verdadero “monstruo gigante”.
“Observamos una zona de formación planetaria muy joven, lo hicimos sumando observaciones previas de ALMA [Atacama Large Millimiter/submillimiter Array] con un estudio de la misma zona usando tecnología de carácter infrarrojo”, explica Sebastián Jorquera, investigador del Centro de Excelencia en Astrofísica (Cata).
Este objeto se encuentra a 443 años luz de la Tierra y gira alrededor de la protoestrella Elias 24, bautizada así en honor al astrónomo Jonathan Elias, quien la descubrió a mediados del siglo XX.
“La detección de este candidato es notable, ALMA nos mostró los espacios aparentemente vacíos en el disco de material que rodea a Elias 24, y sabiendo esto, decidimos emprender una nueva observación, pero esta vez usando un instrumento ubicado en el Observatorio Paranal de la ESO, su nombre es el Naos-Conica”, explica Laura Pérez, del Departamento de Astronomía de la Universidad de Chile.
El objetivo original de la investigación era la búsqueda de planetas formados en discos protoplanetarios de la muestra que posee el proyecto ALMA. Se investigaron al menos 10 de ellos durante más de 30 horas de observación.
Los registros de ALMA mostraron la presencia de múltiples subestructuras en los discos observados, particularmente la presencia de anillos con alta concentración de materia (polvo) y surcos con bajas concentraciones en comparación con el resto del disco.
El trabajo consideró la captura de cientos de imágenes de esa zona determinada, un disco de cerca de 400,000 años, “muy joven si se lo compara con la edad de la Tierra, que tiene del orden de 4.5 millones de años de edad. El método que usamos fue el Direct Imaging, donde logramos disminuir el enorme brillo de la estrella y concentrar la visual en el espacio o surco, y así surgió nuestro candidato”, agrega Jorquera.
Ahora, para avanzar en la comprensión de los discos protoplanetarios tempranos, los profesionales esperan llevar a cabo observaciones con diferentes instrumentos astronómicos del observatorio ALMA, en el norte de Chile.
“Para comprobar la existencia de nuestro candidato usaremos una variante del método de investigación original denominado Spectral Differential Imaging, a través del instrumento SPHERE de Cerro Paranal, junto con buscar la emisión de hidrógeno ionizado de estos objetos usando el instrumento MUSE del mismo observatorio. Ambas son piezas clave para confirmar el hallazgo”, concluye el astrónomo.