Finalmente, el cohete chino Long March 5B cayó en el océano Índico, al norte de las Maldivas. De esta manera, quedó descartada la posibilidad de que el objeto de 21 toneladas se desplomara sobre zonas pobladas.
Sin embargo, desde la NASA criticaron duramente al Gobierno de China por su gestión ante esta emergencia, más por haber perdido el control sobre el cohete que la semana pasada llevó al espacio parte de su estación espacial.
Bill Nelson, administrador de la NASA, dijo que la actitud del gigante asiático había sido irresponsable y poco transparente ante la caída descontrolada del Long March 5B.
“Está claro que China no está cumpliendo con los estándares responsables respecto a sus desechos espaciales”, expresó el senador.
“Las naciones con viajes al espacio deben minimizar los riesgos para las personas y los bienes en la Tierra de la reentrada de objetos espaciales y maximizar la transparencia respecto a esas operaciones”.
China responde
Por medio del periódico oficialista Global Times, China respondió a los cuestionamientos a propósito de la caída del cohete.
El medio tildó de “exageración descarada” que proviene de “personas celosas del rápido progreso de China en la tecnología espacial”.
Al mismo tiempo, el editorial publicado en el diario destaca que “no hay evidencia que demuestre que los puntos de aterrizaje de los restos de cohetes estadounidenses sean más controlables en comparación con los de China”.
El artículo señala que, al menos que un cohete se recicle por completo, siempre habrá algunos “factores incontrolables”.
Por último, destaca que en casi sesenta años de actividades espaciales, la caída calculada de restos de cohetes no ha causado víctimas hasta ahora.
“Los riesgos de caída de escombros de cohetes son los mismos sin importar de quién sea el cohete. Es seriamente antiintelectual afirmar que los restos de cohetes de China son especialmente peligrosos”, finaliza la respuesta.