Los astrónomos están cada vez más preocupados por la contaminación lumínica en el cielo nocturno causada por el creciente número de satélites, y también basura espacial, en órbita terrestre baja.
La luz solar que se refleja en las superficies de los satélites y la basura afecta negativamente el trabajo de los astrónomos, ya que interfiere con su capacidad para obtener una visión clara del cielo nocturno. La luz de los satélites puede aparecer como rayas a través de imágenes del espacio, o puede ser tan brillante que impide que se observen objetos más débiles.
En una serie de artículos publicados en Nature esta semana, los astrónomos destacaron cómo la situación se deteriorará aún más a menos que se establezcan regulaciones para reducir el número de lanzamientos que ponen a los satélites pequeños en órbita terrestre baja.
Las preocupaciones de los astrónomos sobre la contaminación lumínica se hicieron más prominentes cuando SpaceX comenzó los lanzamientos regulares de múltiples satélites para su servicio Starlink de Internet desde el espacio en 2019. SpaceX ahora tiene más de 3.000 satélites Starlink orbitando la Tierra, pero podría desplegar hasta 42.000 satélites en los próximos años.
Amazon también tiene planes para un servicio de Internet similar basado en el espacio con el Proyecto Kuiper y está listo para lanzar más de 3.000 satélites en la próxima década.
En respuesta a las preocupaciones de los astrónomos, SpaceX intentó reducir el brillo de los reflejos en sus satélites añadiéndoles visores. Pero en uno de los artículos de Nature, los astrónomos explicaron que esa solución no es particularmente efectiva ya que los objetos ópticamente más oscuros a menudo irradian más brillantemente en longitudes de onda infrarrojas y submilimétricas, causando interferencia con las observaciones terrestres en esas longitudes de onda.
A los astrónomos también les preocupa que el despliegue de más satélites en órbita terrestre baja aumente el riesgo de colisiones que crearán aún más basura espacial que refleja la luz.
Dijeron que el problema podría tener «profundas consecuencias» para los proyectos de astronomía basados en la Tierra, ya que la luz arruina las imágenes y evita que los astrónomos detecten objetos más débiles en el cielo nocturno.
«A pesar de una narrativa de democratización del espacio y entrega de banda ancha global asequible, es un modelo que prioriza la urgencia, los beneficios privatizados y los objetivos a corto plazo sobre la sostenibilidad real y el interés público», dijeron los autores de uno de los artículos. «Esto también ignora nuestra ascendencia y herencia compartidas en el espacio».
Otro de los trabajos de investigación comentó: «El recientemente acordado Tratado de Alta Mar de la ONU para proteger las aguas internacionales debería darnos la esperanza de que los cielos puedan protegerse de manera similar. Eventos como la reciente aparición de la aurora boreal en todo el Reino Unido y hasta el sur de Inglaterra a fines de febrero recuerdan a las personas que miren hacia arriba y se sorprendan. Debemos capitalizar la emoción y preservar tales maravillas para las generaciones futuras».