Además de la pandemia de coronavirus y los efectos irreversibles del cambio climático, los seres humanos tenemos que agregar una nueva preocupación. Se trata del asteroide Bennu, considerado por los expertos uno de los más peligrosos para la Tierra.
Ahora, un equipo de científicos de la NASA calculó con precisión la trayectoria del asteroide. De acuerdo con los investigadores, hasta 2300 el objeto, de 500 metros de diámetro, tiene una probabilidad de 0.057 por ciento de impactar contra nuestro planeta, es decir, una entre 1,750.
Durante este periodo, el año más peligroso es 2182, cuando la posibilidad de impacto sea de 1 entre 2,700 (0.037 por ciento).
Estas mediciones se basan en los datos recogidos por la sonda OSIRIS-Rex, y anticipan el paso del asteroide por el llamado ojo de cerradura gravitacional, en 2135, cuando la proximidad de la Tierra cambie su trayectoria.
Los científicos también consideran la influencia gravitacional de otros 343 objetos cercanos. Además tienen en cuenta el efecto de Yarkovsky, que es el cambio de trayectorias de objetos del sistema solar como resultado de la emisión de fotones absorbidos de la radiación del Sol. Así, esta fuerza es capaz de modificar la trayectoria de los cuerpos.
“El efecto de Yarkovsky actuará en todos los asteroides de todos los tamaños, y aunque se ha medido desde lejos para una pequeña fracción de la población de asteroides, OSIRIS-REx nos dio la primera oportunidad de medirlo en detalle mientras Bennu viajaba alrededor del Sol”, señala un comunicado de la NASA.
“El efecto en Bennu es equivalente al peso de tres uvas que actúan constantemente sobre el asteroide; minúsculo, sí, pero significativo para determinar las posibilidades de impacto futuro de Bennu en las décadas y siglos venideros”.