La gran cantidad de basura que han dejado las distintas misiones se ha convertido en uno de los principales problemas de la exploración espacial.
De acuerdo con la Agencia Espacial Europea (ESA), la masa total de todos los objetos espaciales fabricados por el hombre en la órbita de la Tierra es de más de 9,200 toneladas métricas.
A raíz de este severo problema, esta semana se lanzó desde Kazajistán una nave espacial llamada ELSA-d, la primera aeronave operativa diseñada exclusivamente para limpiar la basura espacial.
¿Cómo funcionará?
ELSA-d se adherirá a futuros satélites muertos y a otros desechos espaciales y los empujará hacia la Tierra para que se quemen en la atmósfera terrestre.
La nave está diseñada para capturar los futuros satélites que se lanzarán al espacio con placas de acoplamiento compatibles.
Detrás de esta importante misión está la empresa privada Astroscale, desde donde explican las complejidades de empujar la basura hacia el “incinerador natural” de nuestro planeta.
“Es enormemente complejo porque hay que hacer coincidir exactamente el movimiento de la nave espacial con la que se acopla”, comenta John Auburn, director general de la compañía.
“Cuando una nave espacial se acopla a la Estación Espacial Internacional, es una maniobra muy controlada. Pero si se trata de acoplar con un satélite fallido, este podría estar dando tumbos y hay que acercarse muy lentamente, casi como si se estuviera haciendo un baile”.
La gravedad asociada a los desechos en el espacio va en aumento. Desde 2016, la Estación Espacial Internacional ha registrado varias colisiones con distintos objetos, las cuales, por fortuna, no han pasado a mayores.
Sin embargo, los científicos creen que esta situación puede cambiar con el tiempo, en especial con el aumento de misiones y exploraciones destinadas al espacio.