La Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA) fue fundada por el presidente de Estados Unidos Dwight D. Eisenhower el 29 de julio de 1958. Es decir, hoy cumple 63 años de vida.
En aquel entonces, la agencia se creó para expandir la comprensión científica de la Tierra y el universo, crear nuevas tecnologías espaciales y avanzar en la investigación aeronáutica.
La historia de la NASA ha estado repleta de éxitos, como el desarrollo del transbordador espacial, el lanzamiento de las sondas Voyager y la llegada del ser humano a la Luna en la misión del Apolo 11.
Es posible que el éxito de estos proyectos haya estado influenciado por un hecho trágico, una de las mayores desgracias de la NASA que sin duda marcó su historia.
Apolo 1
Para el verano de 1967, la NASA aún era una agencia nueva pero con mucha ambición. Por lo mismo, los encargados habían anunciado con entusiasmo el comienzo del Programa Apolo, el mismo que tiempo después llevó a los humanos a la Luna.
Apolo 1 marcaría el inicio de esta prometedora etapa. Así, el 27 de enero de 1967, los astronautas Edward White, Roger Chaffe y Virgil Ivan Grissom, la primera tripulación del Apolo 1, estaban listos para su misión de ensayo.
Esta consistía en llevar la cápsula Apolo a la órbita terrestre para probar la nave espacial durante los vuelos lunares. Se trataría de una prueba en tierra y no suponía mayor riesgo.
Sin embargo, en un momento se produjo una chispa que ocasionó un gran incendio; las llamas y el humo atravesaron la cápsula. La tripulación no pudo escapar y los tres astronautas fallecieron al instante.
Una investigación determinó que la gran cantidad de materiales inflamables, además del oxígeno puro al interior de la cabina, provocaron que las llamas fueran más intensas y que el incendio se propagara con mayor rapidez.
A raíz de esta tragedia, los ingenieros y constructores de la NASA han tenido un cuidado especial para hacer que las naves espaciales sean más seguras.
Como medidas, la NASA rediseñó Apolo para volar con 34 por ciento de oxígeno en sus módulos presurizados. Al mismo tiempo, los ingenieros modificaron las paredes de la nave para que fueran más gruesas y aguantaran mejor el aumento de presión. Además, la agencia comenzó a desarrollar materiales menos inflamables y que fueran más resistentes al fuego.
La NASA está lejos de olvidar esta tragedia que marcó para siempre su historia y permitió que los vuelos posteriores al espacio fueran mucho más seguros.
Así, constantemente recuerda a Edward White, Roger Chaffee y Virgil Ivan Grissom como una forma de que su muerte prematura no haya sido en vano.