Parece que no fue hace tanto tiempo que la industria del streaming de video atravesaba su momento más atractivo para los usuarios. Cuotas bajas (en México, inferiores a los 150 pesos, por ejemplo), periodos de cortesía, catálogos repletos de producciones interesantes y nada de anuncios. Hoy, las cosas son tan diferentes que da para pensar en cancelar servicios de streaming.
Y la verdad, no podríamos culpar a nadie. En la lucha de todos los grandes jugadores del mercado por hacerse con una pieza más grande del pastel (o reducir la de Netflix, en realidad), las estrategias de precio, monetización y producción han cambiado en modos que no son tan convenientes para el público como lo eran hace cinco o 10 años.
Razones por las cuales cancelar servicios de streaming
El precio
La razón más obvia por la que los servicios de streaming ya no son lo que eran, es el precio. ¿Recuerdan cuando Netflix costaba solo 99 pesos mexicanos al mes (o equivalente, según la región) y ofrecía 30 días gratis? Parece que fue hace una eternidad.
Hoy, todos los competidores del mercado han invertido tanto en la carrera, que han tenido que encontrar estrategias para que sus plataformas no sean solo tiraderos de dinero. Una de ellas ha sido el incremento de precios. Hoy, el plan básico de Netflix (que tiene anuncios y catálogo limitado) tiene esa mensualidad accesible. Todos los demás están muy por encima, y siempre con la amenaza de volver a subir.
En países como Estados Unidos, algunas compañías están uniendo fuerzas para paliar el daño al bolsillo del usuario: Netflix tendrá un paquete con Apple TV+ y Disney+ con Max. Sin embargo, en lo que eso sucede en otras regiones, cabría analizar si vale la pena tener todos esos servicios o cancelarlos.
Los anuncios
Otra de las estrategias de monetización implementadas por los grandes jugadores del streaming ha sido la publicidad. Si bien son breves interrupciones de máximo 60 segundos, siempre resultan molestas. Sobre todo cuando, de origen, hay producciones que no fueron pensadas para tenerlas (después de todo, fueron concebidas cuando las estrellas eran el límite para las compañías de streaming de video).
Es una estrategia cada vez más ubicua: Prime Video, cuyo modelo de negocio le permitía resistirse a ella, ha tenido que ceder. Y la alternativa para eliminar la publicidad ha tenido que ser pagar por planes más caros, otro golpe a la economía del usuario.
Las limitaciones a las contraseñas compartidas
En esa “edad de oro” del streaming de video, una de las grandes ventajas era que podías simplemente salir de viaje, ir a casa de tus amigos o familiares, y usar tu mismo usuario y contraseña para ver una película o serie. Vaya, incluso podías compartirla con quien quisieras. Demasiado bueno para ser verdad.
Las compañías decidieron ver esa conveniencia como usuarios “rémora”, valiosos dólares que no estaban yendo hacia su negocio. Comprensible. Su solución: limitar el acceso a las cuentas por geolocalización. La alternativa para el cliente: tener, cada uno, su propia cuenta, o pagar más con la intención de tener más perfiles individuales asociados a una misma.
La calidad del contenido
En la carrera por llevar más agua a su molino, los grandes jugadores del streaming optaron por la cantidad, más que por la calidad. Contenido producido a granel, con la esperanza de que el usuario mantuviera su suscripción constante. Razón por la que, luego de la fusión de Warner con Discovery, todos los reality shows basura de la segunda entraron al catálogo de Max, por ejemplo.
El público ha hablado, y en ciertos sectores parece que pisarán el freno: Disney, por ejemplo, producirá menos series de Marvel. Sin embargo, no todos parecen apostar por la calidad o la profundidad. Durante la huelga de guionistas de Hollywood en 2023, por ejemplo, una escritora explicó que las compañías de streaming solicitan de los productores más contenido de “segunda pantalla”, es decir, que el público reproducirá como ruido de fondo, con el celular como su pantalla primaria.
Y si se trata de tener ruido de fondo, ¿realmente necesitamos estar suscritos a más de una plataforma?