El cineasta mexicano Alejandro González Iñárritu continúa abriendo brecha a través de su talento, esta vez con la ayuda de la realidad virtual, en lo que se ha calificado como «la revolución VR que hemos estado esperando«.
El director de cine, ganador de los codiciados premios Oscar, acaba de presentar con éxito su más reciente obra, un cortometraje inmersivo en Realidad Virtual, en el Festival de Cannes en Francia. Bajo el título de “CARNE y ARENA (Virtualmente presente, Físicamente invisible)”, el cortometraje es exhibido con la ayuda de las gafas Oculus Rift en una sala donde los espectadores pueden caminar, pararse y decidir hacia donde se dirigen dentro de los parámetros de la obra.
El proyecto fue realizado junto a Emmanuel Lubezki, conocido en el ambiente artístico por el sobrenombre de «el Chivo». Este dúo de visionarios ya había trabajado antes en varios proyectos, como “Birdman” y “The Revenant”, acumulando varios galardones. Pero tal parece que no hay límite en cómo ambos pueden empujar el medio cinematográfico, y esto es demostrado en este proyecto.
Con una temática basada en temas latentes, esta película en RV explora las condiciones humanas de inmigrantes y refugiados, pero permitiendo a los espectadores experimentarlas de una manera realista y personal al colocarlos en el centro de la acción.
Según describe LA Times, la película comienza mostrando a un grupo desesperado de inmigrantes, conducido por sus contrabandistas o «coyotes», en el medio del desierto. Pero el silencio es pronto sacudido por el sonido de un helicóptero militar, y en un instante se desarrolla una intensa escena de persecución y arrestos, de la cual el espectador también se siente parte.
«Esto es muy diferente de la retórica y la política», dijo Iñárritu en una entrevista conjunta con Lubezki en el festival del domingo. «Hasta que no lo sientas, hasta que sientas lo que es tener 20 años -no de izquierda, de derecha o de cualquier ala política- pasando por algo como esto, realmente no puedes hablar de eso».
La descripción oficial del proyecto lo explica de esta manera: “Basados en historias verdaderas, las líneas superficiales entre los sujetos y el espectador se tornan borrosas y se entrelazan, permitiendo a individuos caminar en un espacio extenso y vivir a fondo un fragmento de los viajes personales de los refugiados. CARNE y ARENA emplea la tecnología virtual más alta y nunca antes utilizada para crear un espacio luminoso grande y narrativo con personajes humanos”.
Iñárritu había explicado anteriormente que durante los últimos cuatro años en los que este proyecto había “crecido en su mente”, tuvo el privilegio de conocer y entrevistar a muchos refugiados mexicanos y centroamericanos. “Sus historias de vida me perseguían, así que invité a algunos de ellos a colaborar conmigo en el proyecto”, dijo el director mexicano.
“Mi intención era experimentar con la tecnología de realidad virtual para explorar la condición humana en un intento de romper la dictadura del marco, en el que las cosas solo se observan, y reclamar el espacio para permitir al visitante pasar por una experiencia directa, caminando en los pies de los inmigrantes, bajo su piel, y en sus corazones”, agregó.
La experiencia de seis minutos y medio es el primer proyecto de realidad virtual elegido para la Selección Oficial del Festival de Cannes, donde se estrenó antes de su inauguración oficial en la Fondazione Prada de Milán, Italia.