La gente de Netflix está consciente de que los eventos en vivo no son su fuerte y que más bien han sido un dolor de cabeza para consolidar una propuesta de transmisiones deportivas o musicales.
Lo cierto es que ahora el gigante del streaming tendrá una nueva oportunidad de demostrar que sí puede jugar en esas ligas del Directo, y su próxima prueba de fuego será la WWE, la famosa lucha libre estadounidense.
Y los problemas técnicos es algo con lo que podrá lidiar la gente de la WWE al principio, porque pasarían de su 1,5 millones de espectadores actuales, a casi 60 millones con Netflix (usando como referencia los 108 millones de personas en vivo que vieron la última pelea de Jake Paul y Mike Tyson).
Bela Bejaria, director de contenido de Netflix, está consciente de que es tiempo de aprender de los errores y la transmisión de la WWE debe salir perfecta.
«Cada vez que hacemos un evento en vivo, queremos que vaya sin problemas para cada uno de nuestros miembros. Pero no puedes aprender estas cosas hasta que haces un gran swing. Aprendimos y hemos hecho mucho para prepararnos para la NFL y Beyoncé en el medio tiempo. Estamos totalmente listos y emocionados por WWE».
El acuerdo de 10 años y 5.000 millones de dólares entre Netflix y la WWE es para transmitir RAW en vivo, todos los lunes desde el 6 de enero.
El presidente de la WWE, Nick Khan, cree que es una gran oportunidad de llegar aún a más territorios internacionales. Por ejemplo, en el gigante mercado de la India, ya es el segundo deporte más popular después del criquet.
«Estamos ansiosos por hacer documentales, tomando esa gran historia y esos personajes, [usando] eso en el lado sin guión y con guión», dijo Bajaria sobre lo que proyecta en contenido con la WWE. «Hay tantas grandes estrellas que vienen de la WWE con las que [ya] tenemos una gran relación».
De hecho, desde la misma WWE confidencian que aliarse con Netflix, será «solo el punto de partida».