Si eres fan de la saga Volver al Futuro, seguramente la imagen del DeLorean como la máquina del tiempo es algo que te resulta imposible de imaginar de otra manera. Desde que la película se estrenó en 1985, el DeLorean se ha convertido en uno de los vehículos más icónicos de la cultura pop. Sin embargo, la famosa máquina del tiempo no siempre fue un DeLorean. De hecho, antes de que los directores y guionistas decidieran que este auto fuera el vehículo de viaje en el tiempo, la máquina original tenía una forma bastante diferente.
En el guion inicial, el invento de Doc Brown no era ni un auto ni algo remotamente parecido al DeLorean que conocemos. La máquina del tiempo originalmente iba a ser… un refrigerador. Sí, un electrodoméstico común que todos tienen en casa. Pero antes de entrar en detalles sobre cómo esta idea fue modificada, es importante entender qué motivó el cambio que, si bien al principio parecía una decisión extraña, terminó siendo la elección correcta para la película.
Un refrigerador como máquina del tiempo
En la versión original del guion de Volver al Futuro, el viaje en el tiempo se lograba mediante un dispositivo láser llamado “convertidor de energía”, el cual estaría dentro de un refrigerador. Para que el aparato funcionara correctamente, el frigorífico debía ser colocado en el epicentro de una explosión nuclear. La idea era que Marty McFly se metiera en el refrigerador para resguardarse del estallido y, al hacerlo, sería transportado al pasado. Suena un poco extraño, ¿verdad? Pues, aún más raro era el hecho de que esta explosión nuclear sería la que proporcionaría la energía necesaria para activar el dispositivo.
Este concepto, aunque parece sorprendente, fue parte del guion inicial que los guionistas consideraron seriamente. Sin embargo, rápidamente se dieron cuenta de que esta idea podría tener repercusiones no deseadas.
¿Por qué se descartó el refrigerador?
Steven Spielberg, el productor ejecutivo de la película, tuvo un importante reparo con esta idea: temía que los niños intentaran emular la escena en sus casas. En los años 80, muchos refrigeradores tenían cierres que impedían que las puertas se abrieran desde el interior, y esto, lamentablemente, provocó varios accidentes trágicos, pues algunos niños se quedaban atrapados dentro. Esto hizo que Spielberg se preocupara por las posibles consecuencias de mostrar a Marty metiéndose en un frigorífico, ya que podría incitar a los más pequeños a imitarlo.
Además de este temor, los realizadores de la película también se dieron cuenta de que la idea del refrigerador como máquina del tiempo no era tan efectiva en términos de suspenso y credibilidad como la del DeLorean. Después de todo, un refrigerador no tiene mucho de “futurista” ni de “sci-fi”, y la trama de Volver al Futuro se nutre, en parte, de una atmósfera de aventura y fantasía que tiene que sentirse lo suficientemente posible como para que la audiencia se pueda enganchar. Un aparato tan cotidiano como un frigorífico simplemente no funcionaba como la máquina del tiempo de la película.
El DeLorean: la elección que cambió todo
Es entonces cuando el DeLorean entra en escena. Los creadores, en lugar de seguir con la idea del refrigerador, se inclinaron por un auto —un DeLorean precisamente— para alojar el famoso “condensador de flujos” que permite a los personajes viajar en el tiempo. Este auto, que en su época no era particularmente popular, parecía tener el aire futurista que buscaban. Además, su característica más llamativas: las puertas de ala de gaviota, le daban ese toque “espacial”, casi como una nave alienígena, lo que resultaba perfecto para la atmósfera de la película.
Curiosamente, esta elección se basó en una simple apreciación estética. Los cineastas pensaron que las alas del DeLorean hacían que la escena del viaje en el tiempo tuviera una vibra de nave espacial cuando Marty salía de él en el año 1955, casi como si fuera un extraterrestre que llega a la Tierra. Lo que no sabían era que esta simple elección iba a marcar un hito en la historia del cine y convertir al DeLorean en un símbolo de la cultura pop durante más de tres décadas.
Un cambio que salvó la película
A medida que la película tomaba forma, se hizo evidente que la introducción del DeLorean en lugar de un refrigerador no solo resultaba más atractiva visualmente, sino que también evitaba una serie de problemas potenciales. Por un lado, un auto es algo familiar, algo que la audiencia puede relacionar más fácilmente con el mundo real. Por otro lado, la posibilidad de asociar la máquina del tiempo con un refrigerador hubiera restado credibilidad a la historia y podría haberla hecho sentir aún más surrealista de lo que ya era.
Desde un punto de vista práctico, el DeLorean también permitió una mayor flexibilidad en la narrativa. La película no solo mostró un auto viajando en el tiempo, sino que exploró diferentes líneas temporales, creando un sinfín de posibilidades para los personajes. Además, la elección de un auto permitió crear una conexión más fuerte con la audiencia, pues el DeLorean rápidamente pasó de ser una simple máquina a convertirse en un icono que representa la esencia de Volver al Futuro.
El legado del DeLorean
Hoy en día, el DeLorean es mucho más que un vehículo: es un emblema de la saga Volver al Futuro. Aunque en su época no fue un auto de gran éxito comercial, el DeLorean ha alcanzado un nivel de culto entre los fanáticos del cine y la ciencia ficción. De hecho, muchas personas lo reconocen instantáneamente como la “máquina del tiempo” por excelencia. Y lo mejor es que, gracias a Volver al Futuro, este auto ha trascendido las pantallas y sigue siendo una de las figuras más representativas de los años 80.
En conclusión, la máquina del tiempo de Volver al Futuro no siempre fue un DeLorean. La elección inicial de un refrigerador como dispositivo de viaje en el tiempo podría haber cambiado radicalmente la percepción que tenemos de la película, y no necesariamente para bien. Al final, el cambio a un DeLorean no solo salvó la película, sino que la convirtió en una de las franquicias más queridas y reconocibles de la historia del cine.