Ha sido tanto el éxito de la serie El juego del calamar que incluso motivó la creación de una criptomoneda.
En pocos días, el valor de la divisa virtual llegó crecer 2,400 por ciento, por lo que muchos pensaron que la criptomoneda podría replicar en el ámbito financiero el éxito que la ficción surcoreana ha tenido en el streaming de Netflix.
Sin embargo, repentinamente su valor pasó de $2,861 dólares a cero, lo que causó extrañeza y preocupación por parte de quienes la habían adquirido.
Así, se descubrió que Squid (así se llamaba la criptomoneda) resultó ser un fraude y esto se confirmó una vez que se supo que sus creadores habían abandonado el proyecto llevándose más de $3.38 millones de dólares de quienes habían invertido.
El engaño
El mecanismo de esta estafa es conocido y consiste en que los creadores venden súbitamente todas las criptomonedas para aprovechar que el valor está alto.
Esta suerte de escape rápido permite que la moneda se devalúe de forma inmediata. De hecho, antes de comprobarse que era una estafa, el valor de Squid se aproximaba a los $2 millones de dólares, de acuerdo con CoinMarketCap.
La criptomoneda fue lanzada apenas la semana pasada e incluía una serie de señales que pudieron haber advertido a algunos usuarios, entre ellos un sitio web de apenas tres semanas de antigüedad lleno de errores ortográficos.
Por supuesto, este sitio desapareció junto con cualquier otra presencia en las redes sociales creadas por los estafadores.
La divisa también tenía un canal en Telegram donde nadie ajeno al juego podía realizar comentarios, lo mismo en la cuenta de Twitter donde nunca se respondían los mensajes.
Quizá la señal más clara era que nadie que comprara la moneda podía venderla.
Muchos expertos esperan que este caso sirva de ejemplo a los inversores para que puedan estar más atentos la próxima vez que quieran realizar una compra de este tipo.