“Regresar a Chicago para jugar baloncesto fue una tontería”. De esta forma el director estadounidense Joe Pytka describió el final de Space Jam, la película protagonizada en 1996 por Michael Jordan y los personajes de las caricaturas de Looney Tunes.
Space Jam parcialmente se inspira en la vida de Michael Jordan, con el deportista que deja el baloncesto para seguir una carrera en el béisbol.
Sin embargo, Pytka –que también dirigió los comerciales Hare Jordan– reveló que su idea original para el cierre de la película era distinta del que llegó a las salas de cine.
Las escenas finales muestran a Jordan descender de la nave espacial que aterrizó en el estadio de los Birmingham Barons, para continuar con su carrera como beisbolista. La propuesta de Pytka terminaba en ese partido.
Sin embargo, la que quedó en la película muestra a Jordan visitando a los jugadores de la NBA y anotando un doble en su regreso al baloncesto con los Chicago Bulls.
La revelación se conoce cuando quedan pocos meses para el estreno de Space Jam 2: A New Legacy, protagonizada por el también basquetbolista LeBron James.
El final original de Space Jame
Pytka reveló que se basó en el icónico final de The Natural, el clásico de la película de béisbol dirigido por Robert Redford.
“Es un juego apretado, las gradas están llenas, Michael mira hacia arriba y su hijo le da una señal para ampliar su postura, una referencia a algo que dijo al principio”, explicó a Entertainment Weekly.
Agregó que “Michael conecta un jonrón y trota por las bases –como Robert Redford–, con todos los flashes encendidos”.
A diferencia de The Natural, Pytka había propuesto “un efecto especial con todos tomando fotos con esas pequeñas cámaras baratas, que puedes comprar por un dólar”.
Explicó que filmaron la escena, que incluso consideraba la presencia de Bugs Bunny, pero todavía no sabe por qué no fue emitida.
“Siempre me molestó que no lo pusieran. El final debería haber sido él conectando el jonrón. Tal vez se demoraba mucho o era demasiado caro para hacer [el efecto]”, consideró.
De cualquier manera, dio que el productor Ivan Reitman admitió que “nunca supieron cómo terminar la película. Fue como un serpenteo”.
“Regresar a Chicago para jugar baloncesto fue una tontería. No quiero tirar la película a la basura porque fue un gran éxito, pero habría agregó una ligera dimensión a la película. Quizás la gente pensó que era demasiado cursi”, puntualizó.