El próximo 19 de septiembre arriba a Netflix la próxima serie original en español de los creadores de La Casa de Papel, El Refugio Atómico, la nueva serie creada por Álex Pina y Esther Martínez Lobato y que tiene ocho capítulos en su primera temporada.
En un búnker de lujo diseñado para resistir cualquier catástrofe imaginable, un grupo de multimillonarios se ve forzado a convivir tras encerrarse ante la amenaza de un conflicto global sin precedentes. Kimera Underground Park se convertirá así en un escenario claustrofóbico para dos familias marcadas por una herida del pasado. Aislados bajo tierra y sin posibilidad de escapar, dan rienda suelta a unas personalidades cargadas de ácido sulfúrico, destapando sus secretos más inconfesables. Pero también surgen las alianzas más inesperadas. Una radiografía emocional excesiva y sorprendente de unos multimillonarios viviendo en un agujero de oro.

Los habitantes de este refugio están interpretados por Miren Ibarguren (Todos mienten), Joaquín Furriel (El reino), Natalia Verbeke (Ana Tramel. El juego), Carlos Santos (El hombre de las mil caras), Montse Guallar (Sé quién eres), Pau Simón, Alicia Falcó (Las buenas compañías), Agustina Bisio, y Álex Villazán (Alma), entre otros.
Un búnker que tiene de todo
El búnker cuenta con instalaciones como cancha de baloncesto, restaurante, jardín zen, gimnasio, spa y un diván de psicólogo. Sin embargo, aunque viven en un entorno de lujo, las pantallas del búnker les muestran el colapso del mundo exterior, intensificando la incertidumbre y conflicto interno. La serie explorará tanto las dinámicas personales entre los habitantes como las consecuencias de sus decisiones pasadas, en un ambiente claustrofóbico que revela lo peor y mejor de los personajes.
La serie explora no solo la supervivencia física en medio del apocalipsis, sino también las tensiones sociales, emocionales y psicológicas que surgen en esta “jaula de oro”, haciendo una reflexión sobre el aislamiento, el poder, las desigualdades y las relaciones humanas en un contexto de privilegio y crisis extrema.
Además, aunque hay conflictos y tensiones, la convivencia busca satisfacer necesidades básicas y emocionales como el afecto, la protección, y la compañía en un entorno cerrado, facilitando la cooperación ante la adversidad.
Esta situación refleja cómo en contextos extremos las relaciones familiares y la necesidad de apoyo mutuo se vuelven clave para la supervivencia, generando vínculos de confianza y solidaridad, aunque también pueden aflorar conflictos por la falta de privacidad y la presión del encierro. En “El refugio atómico”, ambas familias están obligadas a enfrentarse a su pasado común y a sus problemas personales, mientras intentan encontrar un equilibrio en la convivencia dentro del búnker.