La proliferación de drones más ágiles y más baratos ha abierto una infinidad de posibilidades tanto para los aficionados como para la industria de los drones.
Pero las máquinas voladoras controladas a distancia también han captado la atención de una interesante sección de la población: algunas personas que están encarceladas y sus allegados han aprovechado el uso de drones para actividades ilegales, puesto que estos ofrecen una excelente manera de entregar contrabando directamente en el patio de ejercicios, o mejor aún, directamente a una ventana de celda.
Aunque ciertamente tales esfuerzos no siempre resultan según fueron planeados, este es un problema preocupante para las autoridades, mientras se esfuerzan por encontrar la tecnología más eficaz para hacer frente a las incursiones ilegales.
No es de extrañar que el tema de los drones que son utilizados para fines deshonestos haya generado una nueva industria. Un número creciente de nuevas empresas se encuentran desarrollando todo tipo de equipos diseñados para detectar y derribar máquinas que vuelan sobre áreas restringidas, que además de cárceles y prisiones también incluyen aeropuertos, edificios gubernamentales e instalaciones nucleares. Hasta ahora hemos visto todo tipo de soluciones, desde disparar redes con bazookas y «rayos de muerte anti-drones», hasta tecnología interceptora de señal e incluso aves de rapiña altamente entrenadas.
Siguiendo esta tendencia, una prisión británica acaba de instalar un nuevo «escudo invisible anti-drones» de 600 metros de altura, diseñado para detectar y bloquear aviones no tripulados que vuelan cerca de su perímetro. Se cree que es la primera prisión en el mundo que usa este tipo de protección.
El «Sky Fence» es el resultado del trabajo de las empresas Drone Defence y Eclipse Digital Solutions, y ha sido instalado en la prisión de Les Nicolles, que se encuentra en la isla de Guernsey, en el sur de Inglaterra. La página de la compañía muestra también imágenes del alcance de protección de esta tecnología, que más parecen de una película de ciencia ficción.
El sistema incorpora una serie de interruptores de señal colocados alrededor del perímetro, así como dentro de los terrenos de la prisión. Cuando detecta un dron volando cerca, obstruye la señal entre el aparato y el piloto, impidiéndole así completar su misión.
La tecnología en su forma actual devuelve el dron a donde despegó, lo que puede dar a los guardias de seguridad la oportunidad de aprehender al delincuente y confiscar el contrabando.
El gobernador de prisiones David Matthews dijo al Telegraph que es la primera vez que este sistema se ha utilizado en una prisión en cualquier parte del mundo. «Me gustaría verla adoptada en otras prisiones del reino Unido, porque esto se ha convertido en un problema significativo. Los drones pueden llevar armas, contrabando, teléfonos móviles y drogas. Se trata de prevención», señaló.
El costo de instalación del Sky Fence se sitúa entre 100.000 y 250.000 libras esterlinas, unos $130.000 a $325.000 dólares, dependiendo del tamaño de la prisión.