Todos sabemos que manejar ebrio no solo es irresponsable sino también ilegal. Pero, ¿qué te parecería si terminas arrestado por operar un dron después de haber tomado unas copas demás? Eso es precisamente lo que podría ocurrir si es que las autoridades siguen el ejemplo de Japón. En efecto, los entusiastas de los drones en ese país han sido advertidos de que si vuelan sus naves mientras están bajo los efectos del alcohol, podrían terminar en la cárcel y tener que pagar fuertes multas.
Con esa medida, el país asiático se ha convertido en el primero en el mundo en promulgar leyes severas que prohíben operar drones si los operadores están ebrios. Según informa la BBC, quienes rompan las reglas podrían enfrentar un año en la cárcel y multas de hasta 300,000 yenes, alrededor de $2,800 dólares.
Si te parece que esto no se podría replicar en otros países, estás equivocado. Una legislación similar entró en vigor en Nueva Jersey en 2018 cuando los funcionarios del estado declararon como delito penal volar un avión no tripulado bajo la influencia de bebidas o drogas, aunque las penalidades por hacerlo no son tan severas.
La nueva ley de Japón, que entró en vigor esta semana, apunta a drones que pesan más de 0.5 libras. Ese es el peso de prácticamente todo modelo popular en el mercado, incluidas las máquinas Mavic y Spark de DJI. Al comentar sobre las estrictas medidas, un funcionario del ministerio de transporte dijo a la agencia de noticias AFP: «Creemos que operar aviones no tripulados después de consumir alcohol es tan grave como conducir ebrio».
La ley también se extiende a todos los pilotos de drones, ya sea que estén o no ebrios, que sean atrapados realizando maniobras consideradas imprudentes o peligrosas, como descensos repentinos y rápidos hacia una multitud de personas. Tal comportamiento podría llevar al piloto con una multa de hasta 500,000 yenes, aproximadamente $4,600 dólares.
Pero eso no es todo. La ley también refuerza la prohibición de operar cualquier tipo de dron cerca de aeropuertos, plantas de energía nuclear y edificios gubernamentales, además de prohibirles volar a 300 metros de instalaciones militares japonesas y estadounidenses, dijo la BBC en su informe.
La nueva ley también toma en consideración los próximos Juegos Olímpicos de Tokio que se llevarán a cabo el 2020, al prohibir cualquier actividad de aviones no tripulados cerca de los lugares donde se celebran los eventos deportivos.
¿GUERRA CONTRA LOS DRONES?
Lo cierto es que las autoridades japonesas, como la mayoría de los países del mundo, siguen poniéndose al día para lidiar con una tecnología que ha experimentado un rápido crecimiento de la popularidad entre los consumidores en los últimos años, y existen varias iniciativas para poder controlar esta creciente industria y evitar incidentes peligrosos o malintencionados.
En 2015, alrededor de la época en la que los drones se estaban haciendo populares por primera vez en Japón, una persona fue arrestada por usar un avión no tripulado para colocar material radioactivo en el techo del edificio de las oficinas del Primer Ministro de ese país.
Ese mismo año, y para evitar incidentes similares, el Departamento de Policía Metropolitana de Tokio presentó un sistema para enfrentar máquinas voladoras peligrosas, pero sorprendió a propios y extraños por la simplicidad y baja tecnología de su solución: esencialmente se trataba de un dron que atrapaba a otros con una gran red (puedes verlo en acción en este video). No está claro si el departamento todavía está utilizando ese artilugio, o si desde entonces ha pasado a un sistema más avanzado.