Una nueva investigación demuestra que los futbolistas tienen cuatro veces más probabilidades de ser diagnosticados con una enfermedad neurodegenerativa.
El riesgo más alto está entre los defensas, que tienen cinco veces más probabilidades de padecer demencia de quienes no son futbolistas.
En el estudio, desarrollado por la Universidad de Glasgow, se compararon los historiales médicos de 7,676 futbolistas escoceses y se descubrió que el riesgo aumentaba con la duración de sus carreras.
“Con los datos actuales, estamos en el punto de sugerir que el balón de fútbol debería venderse con una advertencia sanitaria que diga que la práctica repetida de este deporte puede conducir a un mayor riesgo de demencia”, explica Willie Stewart, profesor que dirigió el estudio.
“Los datos de este trabajo son el eslabón que faltaba para intentar comprender esta conexión entre el deporte y la demencia… No hay ningún otro factor de riesgo propuesto y este es uno de los que realmente podríamos abordar y eliminar esta enfermedad”.
Hace algunos días, la Asociación de Fútbol (FA), la Premier League y otros órganos anunciaron directrices que limitan los cabezazos de “alto impacto” a 10 por semana en los entrenamientos a partir de la temporada 2021-22.
Sin embargo, Stewart critica esta medida ya que no existen bases científicas que la sustenten.
“No hay ninguna base para decir que 10 cabezazos de un determinado nivel no produzcan ningún riesgo o incluso supongan una gran diferencia en el riesgo. Se trata de una conjetura y tendríamos que esperar 30 o 40 años para ver el impacto”, explica.