Se desató la celebración en toda Argentina y la imagen más icónica fue por supuesto las millones de personas que llegaron al céntrico Obelisco de la capital Buenos Aires.
Clarín lo resumió así: «Imposible narrar este festejo. Imposible prepararse para él. Con una definición tan peleada, cualquier reacción antes de tiempo era un despliegue de energía inútil. Lo que ya se sabe es el lugar. En la Ciudad de Buenos Aires hay una docena de puntos de encuentros oficiales, pero quien dice fiesta dice Obelisco. Allá van decenas de miles. Algunos están desde temprano. Ninguno termina de caer. La 9 de Julio está cubierta por una marea de gente vestida con los colores de Argentina. Llegar es misión imposible pero cientos de miles están ahí y van a seguir por horas. Los subtes desbordan de gente. Es la fiesta más grande del mundo».
Incluso algunos fanáticos llegaron hasta la punta del monumento:
Pero en todo el mundo, la consagración de Lionel Messi y compañía fue festejada, incluso en Bangladesh, país que formó un lazo especial con el elenco albiceleste.
Incluso los medios argentinos destacaron los festejos en países vecinos y con cierta animadversidad histórica.