Stephen Hawking fue uno de los científicos más influyentes y admirados del siglo XX y XXI. Sus contribuciones a la física teórica, la cosmología y la divulgación científica lo convirtieron en una figura de referencia para el público y la comunidad académica. Pero además de sus investigaciones sobre el origen y el destino del universo, Hawking también reflexionó sobre el impacto de la tecnología y la ciencia en la sociedad, especialmente sobre la inteligencia artificial (IA).
Sobre todo se rescatan sus opiniones de una entrevista que dio en la BBC en 2014, donde entre otras frases, comentó que el desarrollo de esta tecnología podría significar el fin de la raza humana.
«El desarrollo de una completa inteligencia artificial podría traducirse en el fin de la raza humana». Según Hawking, las máquinas podrían llegar a ser tan inteligentes que podrían, «rediseñarse a sí mismas a un ritmo cada vez mayor» y «superar a los humanos en todos los aspectos».
La opinión de Hawking sobre la IA era ambivalente: por un lado, reconocía los enormes beneficios potenciales que esta podría aportar a la humanidad, como la erradicación de la guerra, la enfermedad y la pobreza ; por otro lado, alertaba de los riesgos y peligros que suponía el desarrollo de máquinas inteligentes que pudieran superar o competir con los humanos .
«Es tentador descartar la noción de máquinas altamente inteligentes como mera ciencia ficción, pero esto sería un error, y potencialmente nuestro peor error», fue una de las respuestas que dio en su último libro «Respuestas breves a las grandes preguntas».
Hawking también advirtió de los posibles usos maliciosos o irresponsables de la IA, como las armas autónomas, las nuevas formas de opresión o las distorsiones económicas. Para evitar estos escenarios, Hawking abogaba por una regulación ética y legal de la IA, así como por una mayor colaboración entre los científicos y los gobiernos para garantizar el bien común .
A pesar de su escepticismo, Hawking también se benefició personalmente de la IA. Gracias a un software desarrollado por Intel, pudo comunicarse mediante un sintetizador de voz que se adaptaba a sus preferencias y necesidades. Hawking consideraba que este tipo de aplicaciones eran un ejemplo positivo de cómo la IA podía mejorar la calidad de vida de las personas con discapacidad.
En definitiva, Hawking tenía una visión crítica pero no fatalista sobre la IA. Su mensaje era un llamado a la responsabilidad y a la precaución, pero también a la esperanza y al optimismo. Como él mismo dijo en una conferencia en 2017: «La inteligencia artificial puede ser lo mejor o lo peor que le pase a la raza humana. Tenemos que ser conscientes de los peligros, identificarlos, emplear las mejores prácticas posibles y prepararnos para sus consecuencias con antelación».