La crisis sanitaria originada por el coronavirus ha cambiado radicalmente nuestra forma de vida, también a nivel laboral.
Las restricciones adoptadas ante la pandemia nos han motivado a trabajar desde nuestros hogares, como una forma de reducir los riesgos de contagio.
Esta nueva metodología ha presentado varios desafíos, especialmente para los empleadores, quienes deben preocuparse de que sus trabajadores sigan siendo eficientes a la distancia.
Investigadores de la Universidad de Cardiff y la Universidad de Southampton han revelado a través de un estudio un temor común entre los jefes, el cual consiste en que sus empleados que permanecen fuera de su vista “eludan” parte de sus responsabilidades.
Esta preocupación ha incentivado una polémica práctica, que en este contexto se hace cada vez más popular: la de utilizar softwares de vigilancia para monitorear en qué están los trabajadores de una empresa.
A raíz de este tema, la BBC ha publicado un artículo en que muestra el caso de Shibu Philip, el dueño de una pequeña empresa en Londres, quien recientemente ha comenzado a utilizar el software de la compañía estadounidense Hubstaff para vigilar a la distancia el rendimiento de sus colaboradores.
El programa le permite a Philip rastrear las horas de trabajo, las pulsaciones de tecla, los movimientos del mouse y los sitios visitados por su personal.
«Es bueno tener una forma automática de controlar lo que hacen mis empleados (…) Mirando las capturas de pantalla y el tiempo que cada uno está tomando en ciertas tareas, sé si están siguiendo los procedimientos», explica.
Crece la vigilancia
El periodo de cuarentena y de otras restricciones sanitarias ha aumentado la demanda de los empleadores por este tipo de herramientas.
La empresa Hubstaff ha explicado que solo en Reino Unido su número de clientes ha aumentado cuatro veces desde febrero de 2020.
Otra firma del sector, Sneek, ofrece una tecnología que toma fotos de los trabajadores a través de su computador y las sube a la red para que sus colegas puedan verlas.
El fundador de esta compañía reveló a BBC que su número de clientes llegó a cerca de 20,000 desde que comenzaron las cuarentenas.
En el mismo artículo, investigadores del Chartered Institute of Personnel and Development (CIPD) de Londres advierten que una excesiva vigilancia en el lugar de trabajo puede dañar la confianza del personal involucrado.
«Los empleadores deben tener políticas claras para que los trabajadores sepan cómo pueden ser supervisados, y lo que es crucial, debe ser proporcionado», señala Jonny Gifford, del CIPD.
«Los empleadores obtendrán resultados mucho mejores si apoyan a los empleados en lugar de centrarse en medidas de entrada potencialmente irrelevantes, como el número de pulsaciones de teclas», agrega.