Todos conocemos esta inquietante sensación: haces una búsqueda de algo poco habitual (pongamos por caso, cañas de pescar para la pesca, por no poner en un compromiso a nadie) y, a partir de ese día, te persiguen por la red anuncios de este producto de forma casi maníaca. No puede ser casualidad y no lo es: Google ha trazado esa búsqueda, la ha identificado de forma inequívoca con tu usuario —dando por sentado que eres usuario de algún producto de la casa y ¿quién no tiene Gmail?— y te ofrece anuncios personalizados sobre tu última pasión. No vamos a criticarles a estas alturas por ello, porque se trata de su modelo de negocio y gracias a él disfrutamos de excelentes productos de forma «gratuita«.
Pero si, pese a ello, te resulta inquietante, podemos confirmar que hay una manera bastante sencilla de esquivar el Gran Hermano de los californianos a la hora de hacer las búsquedas. Y la hemos probado. ¿Conoces DuckDuckGo? Se trata de un excelente buscador que persigue justo lo contrario que Google: el anonimato. He pasado una semana haciendo búsquedas en DuckDuckGo y esta ha sido mi experiencia.
100 por ciento anónimo
Google basa su negocio en husmear en tus aficiones y gustos, y ofrecerte publicidad a medida. Lo mismo sucede con Facebook, aunque este último lleva el asunto posiblemente demasiado lejos. Sin embargo, DuckDuckGo emplea como principal argumento de venta el anonimato: al hacer una búsqueda empleando su motor, no queda absolutamente ningún rastro de tu actividad y los resultados son francamente precisos. Un momento. ¿Puede ser esto verdad? Si eres suspicaz, te lo estarás preguntando: ¿cómo ganan dinero?
La pregunta es muy acertada, pero la respuesta también lo es. DuckDuckGo nació en 2008, no es un producto nuevo que digamos, pero ha eclosionado hace unos pocos años ante el creciente riesgo de seguimiento de los usuarios por parte de marcas y gobiernos. Si crees que estás ante un producto marginal, estás muy equivocado: se llevan a cabo 1,500 millones de búsquedas cada mes y las cifras no paran de crecer de forma vertiginosa, y todo ello propulsado por un usuario cada vez más consciente de ser objeto de transacción en base a su privacidad.
Para incidir todavía más en la privacidad del usuario, esta compañía ha desarrollado sendas aplicaciones para iOS y Android mediante las cuales certifica que las búsquedas, además de anónimas, son cifradas. Pero sin duda, el espaldarazo definitivo de DuckDuckGo llegó cuando Apple incluyó este buscador como opción para ser configurada por defecto en Safari, tanto en su versión desktop, como móvil en los iPhone y iPad.
¿Puede ser sustituto real de Google?
Si bien, ya conocía DuckDuckGo desde hace tiempo, lo cierto es que esta herramienta ha alcanzado su verdadera popularidad ahora. Aunque no soy un paranoico en lo relativo a la privacidad, sí intento, por lo menos, ser consciente de qué datos estoy compartiendo y cuáles no, y me dispuse a sustituir Google por DuckDuckGo como buscador para todo. ¿Cómo dar el paso en la práctica? Prescindir de Google, aunque nos cueste creerlo, resulta más fácil de lo que parece.
Basta con sustituir en las preferencias del navegador (tanto en el teléfono como en la computadora) el motor de búsqueda y elegir DuckDuckGo; aunque a muchos no les suene, este motor de búsqueda está disponible en el grueso de los dispositivos. Hecho esto, comenzó mi prueba particular y llevándola a cabo de la mejor manera posible: olvidándome por completo que la había iniciado. Mis primeras búsquedas me ofrecieron una interfaz distinta tanto en el iPhone como en la Mac ¿Qué estaba pasando? ¡Ah, sí! ¡Que he cambiado el motor!
Un disparo al horizontal…
Las primeras experiencias con DuckDuckGo fueron muy superiores a lo esperado: los resultados de las búsquedas eran muy similares a las que podías encontrar en Google, pero con la satisfacción personal de que además nadie guardaba un solo dato tuyo. Uno tiene la grata experiencia de estar tranquilo usando el navegador y lo cierto es que la efectividad del algoritmo es sumamente elevada.
DuckDuckGo y quien les escribe, vivimos un tórrido idilio durante unos días, e incluso semanas, hasta que una buena mañana, todo se fue al traste. ¿Qué había pasado? Una simple búsqueda fallida me hizo forzar el navegador y recurrir a Google: quería reservar mesa en un restaurante y DuckDuckGo fue incapaz de localizarlo. Esa búsqueda me hizo echar de menos funciones que de pronto extrañaba, como el teléfono del local y su horario en la ventana superior del buscador.
Sí, DuckDuckGo cumple bien con el expediente con un sólido motor de búsqueda pero muestra sus carencias en algo que Google lleva ya tiempo curtiéndose: en la experiencia de usuario. Y esto nos lleva a la gran conclusión que he sacado durante este periodo de prueba: DuckDuckGo puede ser una buena alternativa a Google en búsquedas concretas, pensando en términos de búsqueda de los que no quieras dejar rastro por los motivos que sean.
Mi experiencia ha sido positiva, no puedo decir lo contrario, pero no ha sido suficientemente positiva como para cambiar para siempre de motor de búsqueda. Si el símil fuera en fútbol, estaríamos ante un disparo al larguero: casi gol, pero no puntúa. Seguiré usando DuckDuckGo en situaciones concretas, pero también continuaré confiando en el buen hacer de Google como motor principal de búsqueda.