Actualizar las computadoras portátiles a la última generación de procesadores Intel no debería ser tan difícil. Cada año, Dell, HP y Asus manejan esta opción como una forma simple de mantener sus computadoras actualizadas, sin tener que hacer anualmente un rediseño completo.
Para los gigantes de la tecnología, esto debería ser relativamente sencillo. Sin embargo, aunque en un inicio las MacBook Pro se vendieron como pan caliente, pronto los usuarios se encontraron con una serie de problemas que pocos esperaban.
Parece ser que Apple ha tropezado en el intento. Estos son algunos de sus errores.
No actualizar modelos de gama baja
Sabíamos que había algo sospechoso sobre la MacBook Pro de este año cuando vimos sus ofertas por primera vez. Mientras que los modelos de $1,800 dólares o más han actualizado a las CPU de octava generación, los de gama baja se dejaron convenientemente fuera de la actualización. Estos modelos más económicos, pero de ninguna manera baratos, van desde $1,300 hasta $1,600 dólares y están estancados con los mismos procesadores Intel de la séptima generación que se introdujeron hace más de un año y medio.
Con la noticia de que Intel va a lanzar procesadores de novena generación el próximo mes, se puede ver hacia dónde va todo esto: los modelos más asequibles pronto estarán dos generaciones atrás. Se repite el problema de la MacBook Air una vez más.
Tratar de ignorar problemas en los modelos más costosos
A pesar de la falta de opciones de computadoras de nivel de entrada actualizadas, nos complace ver a Apple llevar el Core i9 de Intel a las MacBook Pro de 15 pulgadas de gama más alta. Hemos probado estos chips en otras computadoras portátiles y fuimos testigos de la potencia de procesamiento de primera mano.
Pero incluso aquí, Apple tomó la ruta fácil y esperaba que nadie lo notara.
A los pocos días de que los primeros fanáticos solicitaran sus nuevas MacBook Pro, se publicaron informes sobre el problema del throttling, o desaceleramiento, con estos chips Core i9. Throttling es, en el ámbito de hardware, cuando algún componente se hace más lento de forma intencional para protegerlo de daños, generalmente causados por el exceso de temperatura. Debido a que los nuevos MacBook Pro usan el mismo chasis y hardware que antes, estos chips Core i9 de alta potencia de ven severamente afectados, hasta el punto en que funcionan peor que el modelo Core i7 más económico cuando se los usa para trabajos intensivos.
Es cierto que es posible controlar manualmente la velocidad del ventilador para recuperar parte de ese rendimiento, pero ¿desde cuándo Apple lanza productos que no están optimizados? Los días en los que se decía que «Apple simplemente funciona» parecen haber quedado atrás.
El teclado continúa siendo un dolor de cabeza
La admisión de que Apple se equivocó seriamente con el teclado MacBook Pro ha sido lenta y dolorosa. Llegó a un punto crítico cuando la compañía finalmente anunció que proporcionaría reparaciones gratuitas y hasta reemplazos, por los problemas de teclas que quedaban estancadas o que resultaban no funcionales.
En el 2018, Apple incluyó lo que llama un “butterfly mechanism”, o mecanismo mariposa de tercera generación. Cuando se anunció por primera vez, asumimos que Apple había resuelto el problema que plagaba la generación anterior de teclados, pero en cambio, la compañía guardó silencio sobre el tema. La respuesta inicial de Apple fue que no había realizado ajustes de ingeniería para solucionar la situación de las teclas estancadas, y que tampoco cubriría el problema en el nuevo programa de reparación.
Fue solo hasta que iFixit reveló que existía una capa de silicona instalada debajo de cada tecla, que Apple finalmente revirtió su declaración anterior y admitió que su nuevo teclado tenía esa protección para evitar que la suciedad, migajas o polvo se introduzcan en la máquina a través del teclado. Como resultado, muchos seguidores de la marca se decepcionaron al ver que Apple trató de minimizar el problema, en lugar de asegurar a los compradores que lo arreglaron en estos nuevos MacBook Pro.
Lo cierto es que es extraño que cosas como estas ocurran en una compañía como Apple. La claridad y confiabilidad en la marca es exactamente lo que le permitió elevarse a tan grandes alturas en sus días de gloria, pero esos días parecen estar quedando cada vez más en el pasado. La confianza de los seguidores de la marca parece continuar siendo erosionada. Solo resta ver si las fallas y errores recientes de Apple se convertirán en la nueva norma.