En días recientes, Jerusalén, la capital de Israel, ha acaparado todos los portales de noticias internacionales. Pero hubo un tiempo en que este nombre se asociaba a otro ámbito, específicamente al informático.
El 13 de mayo de 1988, es decir, un día como hoy hace 33 años, se activó el virus Jerusalén (o Jerusalem), conocido también como Viernes 13, el primero para el sistema operativo MS-DOS.
Esta amenaza fue descubierta y aislada a finales de 1987 por la Universidad Hebrea de Jerusalén.
El virus marcó un punto importante, ya que hasta ese momento los usuarios no tenían conciencia de que las computadoras podrían resultar infectados, por lo que este hallazgo hizo “despertar” a muchos.
¿Qué hacía este virus?
Básicamente, el Jerusalem se autoinstalaba en la memoria RAM de las computadores y afectaba únicamente a archivos del tipo .EXE y .COM.
Por fortuna, sus efectos no eran tan catastróficos, ya que solo ralentizaba los procesos llevados a cabo por el usuario mientras operaba con los archivos instalados en la computadora.
Jerusalem, además, necesitaba de un periodo de incubación de un año, por lo que no tenía considerado eliminar todos los archivos que infectaba.
Como se tenía contemplado que esa misma fecha, el 13 de mayo de 1988, comenzara con su preocupante “limpieza” de archivos, la propia institución que lo descubrió logró desarrollar una vacuna contra el atacante.
No obstante, la ignorancia de los usuarios ante los virus y la necesidad de protección hizo que Jerusalem se propagara con rapidez por todo el planeta, lo que provocó pérdidas en varias empresas y particulares, con especial repercusión en Estados Unidos y Europa.
Hoy, el Viernes 13 es considerado uno de los virus más importantes de la historia, no solo por la manera en que funcionaba (estaba programado para “atacar” todos los viernes 13), sino también por todo lo que provocó luego de su aparición.
Los usuarios quedaron preocupados después de esta amenaza y varias empresas detectaron un campo poco explorado en el cual podían desarrollar con éxito sus productos, así fue como floreció la industria de los antivirus.
Hoy, a propósito de la pandemia, este tipo de ataques se han disparado, además de profundizar en la necesidad de resguardar la protección de los equipos y la de nuestros datos que circulan por la web.