Google quiere que todos aprendan a codificar, y lo está haciendo a través de una aplicación divertida y educativa llamada Grasshopper.
La mejor manera de interesar a los jóvenes en aprender a desarrollar sus talentos en el área de la codificación o programación, es hacerla aplicable a aquellos lugares donde ellos están pasando una buena parte del tiempo. Y qué mejor plataforma que una aplicación que puedan usar en su teléfono.
Grasshopper, cuya mascota es apropiadamente un saltamontes, es una aplicación de codificación para principiantes. Con lecciones divertidas y rápidas en el teléfono, la app no está destinada solo a los más jóvenes, sino también a estudiantes adultos, quienes pueden aprender JavaScript. Actualmente, está disponible de forma gratuita, tanto para Android como para iOS.
Grasshopper cubre los conceptos básicos de JavaScript y algunos de los componentes básicos de programación. En su sitio oficial, la compañía describe lo que cubre cada curso, que incluye los fundamentos de cómo funciona el código y sus elementos esenciales, y la creación de animaciones utilizando la popular biblioteca D3.
Al final del uso del plan de estudios actual de Grasshopper, los estudiantes llegarán a sentirse familiarizados con los conceptos básicos de programación y se sentirán seguros desenvolviéndose dentro de esta área, mientras crean animaciones interactivas. “Grasshopper debería darte las habilidades fundamentales que necesitas para continuar tu viaje aprendiendo a programar, que puede tomar muchas rutas diferentes” afirma la compañía.
Esta iniciativa proviene un equipo dentro del Área 120, un taller para proyectos experimentales, y surge como parte del programa «Made with Code» de Google, que intenta integrar la cultura pop en la informática, con iniciativas atractivas para los jóvenes.
El interés de Google en equipar a las nuevas generaciones en el campo de la codificacion y programacion, es evidente. A finales del año pasado, la compañía presentó por primera vez un Doodle interactivo, llamado “Coding for Carrots”, o “Codificando por Zanahorias”, donde se debería ayudar a un conejo animado a navegar por un laberinto de bloques. El conejo salta de bloque en bloque en respuesta a secuencias de código cada vez más complejas que los jugadores deben crear. Una sagaz manera de aprender mientras se divierten.
Interesantemente, y a pesar de que ya pasaron 50 años desde su creación, esa secuencia de trabajo no es muy diferente de cómo funcionaba el primer lenguaje de codificación para niños, que fue diseñado en 1967 por Seymour Papert y un equipo de investigadores del MIT.