El Expert Manipulative Massage Automation o conocido como Emma, es un robot que se especializa en masajes de espalda y rodillas. Es el tercer modelo de Emma desarrollado, pero el primero en estrenarse en sus labores. Emma trabaja utilizando sensores inteligentes que permiten determinar que tan rígidos están tus músculos y tendones, para luego decidir cuánta presión se debe aplicar a esa área especial.
El fundador en Singapur de Aitrear e inventor de Emma, Albert Zhang, dijo a Digital Trends «Este es el primer robot terapéutico de masaje en el mercado, que realmente está trabajando para dar masajes terapéuticos a pacientes reales en una clínica de manejo del dolor, como los operados por médicos tradicionales de medicina china».
«Los pacientes que han probado a Emma no encuentran mucha diferencia entre Emma y un masajista humano, porque las suaves puntas de silicio de Emma se calientan y tienen una forma similar a la palma y el pulgar de las manos humanas. También es capaz de dar un masaje con fuerza y precisión constante, algo que es muy difícil mantener por los masajistas humanos, ya que muchas veces se cansan», expresó Zhang.
A pesar de que surgen muchas dudas si estos robots vienen a suplantar a los masajistas de carne y hueso, el inventor de Emma piensa que, por los momentos, estos robots no son una competencia para los masajistas humanos, sino más bien, pudiera ayudarlos a dar un tratamiento a sus pacientes más completo, ya que los robots masajistas pudieran enfocarse en la espalda y rodillas mientras que ellos en el cuello y codos.
«Uno de los desafíos más difíciles que enfrentamos fue replicar algunas de las técnicas de masaje utilizadas por un masajista profesional en la medicina tradicional china», dijo Zhang. «Cada masajista tiene su propio estilo de masaje, y tuvimos que programar a Emma para que los imitara lo mejor que pudiera, ejerciendo suficiente fuerza para penetrar y relajar los músculos, pero sin ser demasiado doloroso para el paciente».
En la actualidad, Emma está trabajando en una clínica de salud en el distrito central de negocios en Singapur. La clínica renta a Emma por alrededor de $2,200 dólares al mes, lo que es similar al sueldo promedio de un masajista en Singapur. Si bien eso puede parecer mucho para una máquina que solo puede ofrecer masajes en zonas muy específicas en comparación de un masajista humano (que puede hacerlo en cualquier área), podría valer la pena si esto aumenta la cantidad de pacientes que visitan la clínica ¿No?
Sin embargo, después de esta gran innovación, surge una pregunta, ¿Será posible que los robots puedan cansarse?. Y si eso llega a pasar, ¿Podrá un robot ser capaz de darle un masaje a otro robot?, después de todo, sabemos que los robots también pueden tener músculos.