Todos hemos recibido correos spam alguna vez. Nadie los desea, pero de una u otra forma siempre llegan. Con suerte tu cliente de correo electrónico hace un buen trabajo filtrándolos y poniéndolos en una bandeja que rara vez revisas, si es que acaso alguna vez lo haces. Pero si lo haces, quizá de vez en vez la vacías o borras algunos correos. Es más, quizá a veces acabas ahí porque ahí terminó un correo que no era, ni por asomo, spam. Encima, tenemos esa idea de que el correo spam agota el almacenamiento de nuestro correo electrónico, orillándonos a pagar por más espacio en la nube. Bueno, por paradójico que suene, borrar el correo spam podría ser perjudicial, así que no lo hagas.
¿Por qué no deberías borrar los correos spam?
Prácticamente todos los clientes de correo electrónico tienen un sistema automatizado para detectar el spam. Lo importante acá es que para funcionar y filtrar de mejor forma los correos necesitan recibir spam, así que borrarlos quita el suministro de aprendizaje para estos filtros.
¿Entonces, no deberías borrarlos? Puedes hacerlo, pero antes asegúrate de marcarlos como spam. Por ejemplo, si usas Gmail, toca sobre el menú de los tres puntos en la parte superior izquierda y da clic sobre Denunciar como spam. La ruta es exactamente la misma si lo haces desde la aplicación para Android o iPhone.
Encima, si realizas esta práctica usando tu correo corporativo, ayudarás al sistema de filtro de la empresa para que otros colegas dejen de recibir esos mensajes.
Ahora, ¿por qué decimos que borrarlos no ayuda a mantener liviana tu bandeja de correo electrónico? Porque prácticamente todos los clientes de correo electrónico los borran de forma automática después de 30 días, así que no, el correo spam no es el causante de que el almacenamiento de tu correo se esté esfumando. Más bien, recuerda que plataformas como Gmail o Outlook funcionan con servicios de nube, de modo que el respaldo de archivos grandes, como fotografías o videos, son casi siempre los responsables del temido mensaje de “estás por agotar tu almacenamiento”.
Y si es spam, no des clic en “anular la suscripción”
Piénsalo así. Detrás de los correos spam muy posiblemente hay una o varias personas malintencionadas, casi siempre con la intención de cometer algún fraude. Bueno, pues para concretarlo no envían correos uno a uno, sino que utilizan sistemas automatizados que envían cientos, si no es que miles de correos. Bueno, dar clic en el botón de anular suscripción, o peor aún, responder al llamado de auxilio de la princesa de Tanzania en apuros o responder a la invitación para heredar del rey de Burkina Faso es solo una forma de decirle al spammer “hey, aquí estoy, vi tu correo y no me interesa”, lo que para él o ella se traduciría en una cuenta activa.
Entonces, ¿qué puedes hacer ante estos correos? Marcarlos como spam para que los sistemas de filtros automatizados los envíen a la carpeta de spam. También, siempre actúa con incredulidad ante cualquier conversación demasiado buena para ser cierta, especialmente si requiere que realices algún pago o proporciones algún dato financiero.
Otro consejo infalible es no abrir archivos adjuntos que vengan de direcciones desconocidas, especialmente si son archivos ejecutables (.exe) o .html, pues podrían redirigirte a páginas inseguras.
Porque sí, el spam es parte de nuestra vida digital, pero como dice el refrán, no hay mal que por bien no venga.