Casi de manera sorpresiva, AMD anunció y lanzó a la venta una nueva tarjeta de video sin anticiparlo por meses, como suele ocurrir. Se trata de la nueva Radeon RX 6600, una GPU enfocada en el segmento de entrada para los que juegan en monitores a 1080p.
En cuanto a especificaciones, la RX 6600 tiene 28 CU, reloj de 2044 Mhz y 8 GB de memoria GDRR6. Básicamente, es muy similar a la RX 6600 XT, pero con algunos recortes que la hacen menos potente (entre 10 y 15 por ciento). Además, utiliza la arquitectura RDNA2, la más nueva de AMD que también está detrás de las Xbox Series X y PlayStation 5, por lo que tiene soporte para trazado de rayos y Super Resolution.
Ahora bien, la idea de AMD no es compararla con uno de sus producto, sino con los de la competencia: según la compañía, esta RX 6600 tiene un rendimiento similar a la RTX 3060 y es 25 por ciento más rápida que la RTX 2060 de generación anterior.
Los números en general dicen que con esta tarjeta se pueden jugar los títulos más recientes en detalle alto o máximo, con resolución de 1,920 x 1,080 pixeles y por sobre los 60 cuadros por segundo. AMD asegura que juegos como el reciente Far Cry 6 o el más exigente Assassin’s Creed Valhalla funcionan a 91 y 79 cuadros por segundo, respectivamente.
Quizás uno de los detalles más importantes no tiene tanto que ver con el rendimiento, sino con el consumo. La RX 6600 utiliza solo 132 watts, lo que puede ser conveniente para usuarios que tengan una fuente de poder de 450 watts, ya que no necesitarán hacer un cambio obligado, como ocurre con otros modelos que consumen más energía.
La RX 6600 está a la venta desde ya, aunque en un mundo con escasez de chips aquello siempre hay que tomarlo con pinzas. Y su precio oficial es de $329 dólares, el mismo que la RTX 3060 de NVIDIA que, según las primeras reseñas, tiene mejor rendimiento en general.