No es arriesgado decir que el precio es uno de los principales factores para saber lo que se puede esperar de un teléfono. Con los smartphones de gama alta, no es difícil que se cumpla esta premisa, ya que por unos $1,000 dólares tendrás una pantalla que no decepcionará en la reproducción de contenido, un rendimiento que satisfará a los usuarios más demandantes y fotografías de calidad en prácticamente cualquier ambiente. ¿Qué pasa con aquellos teléfonos que se ubican en la gama baja? ¿Qué tanto se puede esperar de estos en los distintos aspectos? Tuvimos en nuestras manos al Nokia 2.3, un teléfono que se vende en México por 3,500 pesos (aproximadamente 142 dólares), y aquí te contamos nuestras primeras impresiones.
Lo primero es que el Nokia 2.3 integra una pantalla HD+ de 6.2 pulgadas, tamaño que se está volviendo un estándar, aunque de pronto haya atrevimientos como el iPhone SE de segunda generación, con un display de 4.7 pulgadas. El tamaño del panel del nuevo Nokia es adecuado para ver contenido y reproducir series de Netflix y videos de YouTube, sin embargo, no se debe esperar el brillo, tasa de refresco y contraste que sí ofrecen móviles en la gama media, por poner una referencia.
Además de los tradicionales botones de apagado y volumen, el celular incorpora uno dedicado a Google Assistant y el puerto de 3.5 para los audífonos (de hecho, en su caja de empaque se incluyen unos auriculares, lo cual será agradecido por algunos usuarios).
La parte trasera del teléfono tiene un polímero texturizado que le otorga un aspecto elegante. Asimismo, aquí destaca una cámara principal asistida por inteligencia artificial y compuesta por lentes de 13 y 2 megapíxeles, que permite obtener el llamado efecto bokeh en las fotografías.
Además de selfies, la cámara frontal está pensada para desbloquear el teléfono con el rostro. No hay que esperar un sensor de huellas físico en esta unidad, lo cual, seguramente, habría incrementado su costo. La cámara frontal toma lugar en la parte central del equipo, lo que dio como resultado la presencia de un notch en forma de gota de agua en el display.
Rendimiento
El Nokia 2.3 viene con un procesador MediaTek Helio A22 de cuatro núcleos, el cual se acompaña por una memoria RAM de 2 GB. No se puede decir que son especificaciones para ejecutar aplicaciones o juegos demandantes, incluso cuando se hace una simple navegación por las distintas pantallas, el teléfono tarda un poco en responder. Sin embargo, a la hora de ver un capítulo o una película de Netflix, digamos que la experiencia es más que favorable (la unidad se calienta muy poco).
Lo que sí llama la atención es que la firma haya optado por incorporar una batería de 4,000 mAh, capacidad que se puede tomar como norma para la gama media. De nuevo, el rendimiento dependerá de las aplicaciones y conexiones que el usuario tenga activas, pero Nokia promete hasta dos días de autonomía.
Almacenamiento
Ya prácticamente son impensables los celulares con capacidades de 16 GB, incluso cuando hablamos de gama baja. El Nokia 2.3 se diseñó con un almacenamiento de 32 GB, pero únicamente quedan “libres” para el usuario, para sus aplicaciones, archivos y fotografías, alrededor de 20 GB, cantidad que podría agotarse rápidamente, aunque todo dependerá de qué tan activo sea el dueño del teléfono con el contenido.
De fábrica, el smartphone de la compañía cuenta con Android One, basado en Android 9 Pie, sin embargo, está listo para Android 10 y hasta tres años de actualizaciones de software, de acuerdo con la firma.
Conclusión exprés
El Nokia 2.3 es un teléfono básico y de gama baja, por lo que el público natural para el mismo es aquel que quiera un celular inteligente que le permita ejecutar unas cuantas apps y ver contenido multimedia sin que eso signifique tener gastarse una gran cantidad de dinero. Para aquellos que ya han usado un smartphone en la gama media, puede que el teléfono no cumpla con lo que están acostumbrados.