Nos situamos en enero de 2009 y en el marco de un evento que nos resulta muy familiar: el Consumer Electronics Show (CES) de Las Vegas. Palm había convocado a los medios en una presentación en la que el fabricante que lo fuera todo en su día en el segmento de las PDA, presentara su nueva apuesta y una muy especial: la que plantaría cara al iPhone. Recordemos que el primer modelo del celular de Apple fue presentado en 2007 y ahora ya sabemos que transformó la industria por completo.
En el escenario, dos viejos conocidos en la industria: el todopoderoso Ed Colligan, CEO de Palm y el carismático Jon Rubinstein, ambos directa o indirectamente relacionados con Apple. El primero, por pronunciar unas desafortunadas declaraciones en las que mostraba condescendencia con Apple y el iPhone al llamarse “los chicos de la PC”; el segundo por haber sido uña y carne con el mismísimo Steve Jobs desde su etapa en NeXT y posteriormente siendo el artífice del iPod, otro dispositivo que lo cambió todo.
Un adelantado a su tiempo
Se sabía que Palm estaba mascando una potente respuesta al iPhone y no decepcionó, aunque como veremos, su valor ha ido aumentando con el tiempo. Estamos en 2009, recordemos, y Rubinstein anunció siguiendo fielmente las claves de comunicación en el escenario de Jobs, la Palm Pre, un teléfono que partía de cero por completo. Nuevo hardware, nuevo formato y por sorpresa, aparece un teclado deslizante en la parte inferior (sí, en aquella época los QWERTY seguían pareciéndonos imprescindibles). El Palm Pre equipaba además un sistema operativo propio que también partía desde cero: PalmOS, y aquí también el fabricante de Sunnyvale, California, se asomó sin saberlo al futuro.
Con la perspectiva de los diez años recordamos cómo las críticas del momento estaban a la altura de lo presentado: Palm había arriesgado e innovado, aunque tal vez demasiado. En esta alocada carrera en la que Apple marcaba un ritmo frenético, el Palm Pre salió al mercado con prisas y los primeros terminales comenzaron a venderse a comienzos de junio y no había motivos para pensar que ese impresionante crucero podía zozobrar… pero lo hizo. Las primeras unidades mostraron problemas de rendimiento y errores de hardware, algunos de diseño que fueron corregidos en modelos superiores; la batería duraba demasiado poco y el primer ataque no pareció inquietar mucho a sus rivales.
Lo que pudo haber sido y no fue
Pero Palm, sin saberlo realmente, había esbozado lo que sería parte del futuro de la telefonía móvil a través de este malogrado terminal: el Palm Pre avanzó la carga inalámbrica que tan bien conocemos hoy en día, pero sobre todo fue webOS el que se adelantó a su tiempo. La gestión multitarea mediante tarjetas o detalles como el campo de búsqueda único resultaron ser algo excesivamente prematuro en su tiempo, o tal vez no en el teléfono adecuado. La plataforma tuvo un final bastante humillante, viendo todo su potencial, dando vida a televisores; un epitafio muy poco digno para esta aventura.
Palm lo fue todo para muchos, incluyendo un servidor, que disfrutó con la mayor parte de sus PDA y posteriormente con sus Treo, y quienes seguíamos a la marca desde sus inicios, todavía albergábamos la esperanza de un retorno por la puerta grande, o al menos alguna expectativa de futuro. Pero con las sucesivas versiones del Pre (hubo hasta dos modelos de continuación), el proyecto llegó a su fin sin comprender muy bien algunos cómo el que pudo ser el mejor móvil del mundo terminó sus días casi en la ignominia. Nos quedamos con el recuerdo y la experiencia de haber podido disfrutar de esta marca en su momento estelar.