Uno de los autores del tiroteo en San Bernardino, Syed Farook, condució cerca de 18 minutos con su esposa después de que ellos abandonaran el lugar de los hechos y dispararan y mataran a 14 personas. El FBI ha averiguado más información sobre lo que ocurrió exactamente en ese período de tiempo, gracias al iPhone 5C (bloqueado) de Farook.
Éste es el mismo iPhone que ha abierto una guerra legal entre Apple y el Departamento de Justicia americano, después de que Apple se negara a cumplir con una orden judicial que le obligaba a desbloquear dicho teléfono.
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La compañía de Cupertino temía que al hacerlo se creara una puerta trasera en todos los iPhone y que se pusiera en peligro la seguridad y la privacidad de todos sus clientes.
El FBI dio, finalmente, carpetazo a este caso tras conseguir que unos piratas informáticos lograran desbloquear el teléfono sin la ayuda de Apple.
Ahora, se ha desvelado que este iPhone confirma que los dos autores del tiroteo no tuvieron contacto alguno con otros partidarios de ISIS durante ese espacio de tiempo, ni tampoco utilizaron comunicaciones encriptadas, según informa la CNN.
Esta información es una buena noticia para el FBI, que siempre ha persistido en la necesidad de acceder a los datos del teléfono.
Apple había proporcionado al FBI los datos de la cuenta de iCloud vinculada al teléfono, así como aquella información que no se almacena directamente en el dispositivo, por lo que insistía en que entrar en el iPhone no serviría de mucha ayuda.
Sin embargo, el FBI necesitaba asegurarse de que eso era verdad. Y, ahora, ha obtenido información que no tenía antes.
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Mientras, la pugna entre FBI y Apple ha desencadenado una guerra por el uso del cifrado. La Policía está teniendo problemas para acceder a otros dispositivos, ya que ahora están encriptados por defecto, lo que ha derivado en un proyecto de ley anti-encriptación. Varios expertos, sin embargo, aseguran que hacer eso sólo ayudaría a poner en peligro la seguridad y la privacidad de los ciudadanos.
Dos senadores estadounidenses presentaron un proyecto de ley que busca penalizar a las empresas que no cumplan con las órdenes judiciales que soliciten el acceso a los servicios y dispositivos encriptados, pero el Gobierno de Obama ha dicho que probablemente no apoyará ninguna ley contra la encriptación.
De momento y mientras se analizan más datos, lo que ocurrió exactamente en esos 18 minutos después del tiroteo en San Bernardino todavía es un misterio.