No es porque quien escribe viva justamente en Brooklyn, pero estoy tentado a decir que, de las últimas cinco presentaciones de Samsung a las que he asistido, esta última claramente ha sido la mejor.
¿Por la puesta en escena? ¿La ubicación? ¿La campaña promocional desplegada? No amigos: ha sido la mejor porque, quienes asistimos, nos fuimos a casa con la “idea” (algunos dirán la “certeza”; otros, la “sospecha”) de que por fin habíamos visto buenos productos. Yo y mis compañeros de Digital Trends en Español (y también en Inglés, claro) somos invitados a presentaciones casi a diario, y ahí sí que vemos puestas en escena espectaculares y ubicaciones deliciosas, pero muchas veces no son más que el escenario de productos nada novedosos o, en el peor de los casos, de algunos salen agonizantes de la misma presentación.
Afuera hacía un calor de los mil demonios, pero dentro el aire acondicionado del Barclay Center de Brooklyn funcionaba a las mil maravillas y el entrañable DJ Koh (le hemos ido tomando un montón de cariño con los años) se presentaba mucho menos efusivo que otras veces. Comedido, diríamos: eligiendo con cuidado cada una de sus palabras. “Cara de póquer”, pensé, y no creo haberme equivocado. La misma parsimonia que muestra aquel que llega a la jugada con dos o tres ases entre sus cartas.
Tres ases en la mano, y otro oculto bajo la manga. A ver quién se atreve a apostar.
Lo predecible: “Hoy presentamos el mejor Smartphone jamás fabricado…”. Pero ¡si se ve igual que el otro [Note8]! Se ve igual, pero no es igual. Los vídeos que acompañaban las palabras de Koh graficaban la fuente de casi todas nuestras frustraciones: la batería, la duración, el tiempo. De nada nos sirve un teléfono “cargado” con lo último en tecnología, si tendremos que llevarlo a todas partes con un cargador —enchufable, inalámbrico, adherido a la funda— y ponerlo a tomar sopa cada cinco horas.
La batería de 4,000 mAh es enorme en capacidad. sí: tendremos que pasar días jugando con el Galaxy Note 9 para comprobarlo, pero desde ya se nos promete una duración sin recargas desde que nos levantamos hasta que nos acostamos. lo afirmamos con rotundidad: si Samsung cumple con esto, tendrá buena parte de la crítica y del mercado a su favor.
Como bien decía nuestro Editor en Jefe en su artículo, Samsung se ha lanzado a la guerra de los ecosistemas. Era el paso lógico. Cada marca suele sacar cada año uno, o a veces, dos teléfonos de muy buena calidad. ¡Ya está bien! Los procesadores seguirán mejorando casi a la par que los sistemas operativos, y las baterías durarán cada vez más. Es hora de dar el siguiente paso: conectar todo nuestro ecosistema, y asegurarse que tendremos presente nuestro teléfono cuando compremos nuestra próxima lavadora o nevera. Y viceversa, claro. Samsung aquí tiene ya mucho camino recorrido, y si lo hacen bien, a la competencia le tomará años ponerse al mismo nivel. ¿Cuántas veces al día ves la palabra “Samsung” allí donde vas? Think about it.
“La batería durará todo el día. Podrás ver tus series, escuchar tu música, trabajar, tomar fotos y vídeos, y tu teléfono seguirá funcionando al máximo de su rendimiento”, decía Koh, casi lacónico, poniendo su primer as sobre la mesa y haciendo sudar frío a más de alguno. Apenas si se habló del poderosísimo Qualcomm Snapdragon 845 y del sistema operativo Android 8.0. Aquellos eran detalles que todo el mundo ya daba por hecho. “Piensen en la batería”, nos sugería Koh. “Todo el día jugando Fortnite sin preocuparse de nada más”.
Comenzó el desfile de oradores, quienes fueron enumerando todos y cada uno de los nuevos puntos fuertes del nuevo Galaxy Note 9. Especialmente efectivo fue el momento en que se tomaron las fotografías usando el S Pen como disparador. Algunos ya lo sabíamos, y otros lo sospechaban. Pero parece que eran muchos los que no se lo esperaban. El S Pen puede activar la cámara y sacar fotos con una distancia de hasta 30 pies del teléfono. Ovación cerrada, y segundo as sobre la mesa.
La función Android DeX contó en su presentación con la ayuda del simpático artista Mr. Doodle, y en algo ayudó a una funcionabilidad que no acaba de convencernos. Lo comentamos allí, entre los asistentes: ese cable que une el teléfono con la televisión nos molesta. Entre un S Pen que sirve como disparador de la cámara a 30 pies de distancia, que se recarga en 40 segundos y puede funcionar por otros 30 minutos, y un grueso cable HDMI que sirve para usar tu teléfono como mouse o Trackpad… Pues, no sé: parecen años de distancia
Después, el Reloj, el Galaxy Watch. A olvidarse de Gear S. “Galaxy” es lo que la gente reconoce, quiere y compra. ¿Por qué llamar al reloj de otra manera? A las funciones típicas de un smartwatch se suma una funcionalidad, medio asistente de salud, medio personal training. El reloj mide tus pulsaciones, y te avisa si estás demasiado alterado y necesitas tomar aire. También te hace mover, y te guía en una serie de ejercicios físicos. Te dice además cuántas horas has dormido la pasada noche, y cuántas de esas horas han sido de sueño reponedor… Lo cierto es que el diseño nos gustaba —más cerca de Fossil que del Apple Watch—, y sus funcionabilidades (prometidas) nos iban convenciendo poco a poco. Y de pronto: “La batería durará días…”. Ya está. Tercer as sobre la mesa.
“Con una buena mano, también se puede perder”, dice la letra de una canción de Cristina y Los Subterráneos, y lo cierto es que nos asomamos al abismo cuando llegó el turno de hablar de Bixby. Quizá sea por su diseño poco llamativo, o porque tarda más de la cuenta en responder a peticiones que no son nada del otro mundo. ¿Pedir un Uber al aeropuerto? ¿Reservar mesa en el West Village? ¡Ríete, Google Home El problema es que la apuesta de ecosistema de Samsung pasa necesariamente por un asistente virtual que sea —no solo capaz, sino mejor que los otros.
El topetazo estaba a la vista. El nervioso presentador preguntaba, y cada vez Bixby tardaba más. Y entonces, el as bajo la manga: Galaxy Home, la bocina inteligente que nadie esperaba y de la cual no se había recibido ninguna filtración. Su diseño quizá provoque discordia, aunque en los corrillos post evento éramos más los que estábamos a su favor que los que estaban en contra. Es un golpe muy bien dado por Samsung, una empresa experta en electrodomésticos que se han ido haciendo inteligentes con el paso de los años. Las bocinas, en cambio, nacieron “inteligentes”, y es lógico que el gigante coreano quiera cerrar ahora el círculo.
Sobre ahora, con la alianza con Spotify.
Fin de la partida. Te toca ahora repartir las cartas, Tim Cook.